martes, 17 de julio de 2012

5 Para lograr la seguridad alimentaria mundial, mejorar la vida de las personas y dar mayor sostenibilidad a la gestión del medio ambiente es urgente llevar a cabo un cambio radical en nuestro actual sistema agrícola y alimentario.

Para el año 2050, el sistema agrícola y alimentario deberá hacer frente al desafío de constituir la fuente de los alimentos de una población cuyo número estimado llegará a los 9 300 millones de personas, una cantidad que supera en más de 2 000 millones la cifra de población actual. En un mundo en el que los recursos serán siempre más escasos, y en el que habrá pocas nuevas tierras cultivables disponibles, la agricultura deberá ser más productiva, utilizar los recursos de manera más sostenible y proporcionar una gama de variados servicios medioambientales. Las técnicas agrícolas sostenibles que aprovechan plenamente los procesos agroecológicos, que hacen uso de tecnologías modernas y del conocimiento tradicional y que son rentables tanto para los agricultores grandes como para los pequeños representan en buena parte la respuesta a este reto. El sistema agrícola y alimentario deberá también contribuir a que las comunidades y los ecosistemas tengan una mayor capacidad de recuperación ante el aumento de los riesgos —incluido el riesgo que deriva del cambio climático—; y a que todas las personas gocen de un acceso seguro a alimentos nutritivos. La realización de los cambios que es necesario llevar a cabo supondrá multiplicar las iniciativas exitosas, introducir reformas políticas importantes en todo el sistema agrícola y alimentario, invertir sumas considerables en la investigación, la tecnología y las capacidades humanas, y asimismo expandir las oportunidades comerciales y crear marcos de apoyo que incentiven a productores de alimentos y a consumidores.

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