lunes, 16 de julio de 2012

4 La insostenibilidad del sistema agrícola y alimentario ha contribuido a estos fracasos sociales y medioambientales, pero la agricultura ofrece también numerosas soluciones para realizar un desarrollo sostenible y una economía verde. No puede haber economía verde sin una agricultura sostenible.

Por una parte, la insostenibilidad de las prácticas agrícolas que se llevan a cabo en las explotaciones grandes y pequeñas ha conducido en todo el mundo a la deforestación, a la degradación de los suelos, al uso excesivo del agua y al agotamiento de las poblaciones de peces. Las prácticas agrícolas insostenibles se han traducido en pérdidas de biodiversidad, en contaminación de los cursos de agua y en emisiones de gases de efecto invernadero. Además, un gran número de pequeños agricultores en países en desarrollo vive en situación de pobreza absoluta y padece hambre. Pero por otra parte, la agricultura proporciona medios de subsistencia al 40 por ciento de la población mundial, y en muchos países puede representar uno de los principales motores del crecimiento económico general. De hecho, se pueden citar ejemplos sacados en diversos lugares del mundo que ilustran que gracias a la agricultura y al uso sostenible de los recursos naturales las personas han conseguido salir de la pobreza. De la agricultura derivan servicios ambientales como la conservación de los suelos y el agua, el mantenimiento de la biodiversidad y la absorción de carbono. Todos estos factores jugarán un papel importante en la transición a una economía verde.

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