Impacto sobre la agricultura
Pero, más allá de la contribución de la agricultura al cambio climático, ¿qué pasa con los
impactos del cambio climático sobre esta actividad? La agricultura, especialmente la agricultura
familiar y campesina, sufre graves consecuencias por los crecientes impactos de los cambios
en el clima. Y aquí también rige la regla general del cambio climático: los menos responsables
son los más afectados.
Junto a la preocupación de asegurar un balance justo entre temas y obligaciones entre países
(en materia de mitigación), ésta es la principal razón por la cual el G77 y China buscan asegurar
que el abordaje que se le de al tema en las negociaciones tenga un enfoque prioritario en la
adaptación de la agricultura a los efectos del cambio climático.
Todo lo anterior resume lo que está en juego en Doha esta semana. Por cuarto año
consecutivo, los gobiernos reunidos enla COP18 negocian el establecimiento de un “programa
de trabajo” de dos años (una agenda de investigación y análisis).
La disputa gira en torno del
enfoque (adaptación y/o mitigación), que determinará hasta qué punto habrá mayor énfasis en
acciones de adaptación agrícola que urgen y/o si se abrirá un nuevo frente de negociación de
cara al nuevo acuerdo que se pactará en el 2015. Lo esperanzador es que, gracias a avances
en las negociaciones en los últimos tres años, hay buenas posibilidades de mayor énfasis en
las vulnerabilidades y prioridades de agricultores a pequeña escala –sea cual sea el enfoque del
programa de trabajo acordado.
Abismo fiscal y climático
Pero en Doha hay otros dos temas sobre la mesa que tienen implicancias más inmediatas e
importantes para la agricultura familiar y campesina en LAC y en el mundo: el financiamiento y la
brecha entre los compromisos de mitigación y lo necesario para frenar el cambio climático.
A
pesar del compromiso de llegar a movilizar $100 mil millones por año en 2020, los países
industrializados se han rehusado hasta el momento a indicar qué escala de recursos pondrán a
disposición de los países más pobres desde el 2013. Resolver este “abismo fiscal” sería uno de
los resultados más importantes de Doha pues nos daría una idea de lo que podríamos esperar
en cuanto a transferencia de recursos financieros para la adaptación –algo de suma
importancia para la agricultura familiar y campesina.
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