viernes, 18 de enero de 2013

Qué podemos hacer todos nosotros - II

• Si tú o tus padres compráis un nuevo electrodoméstico, por ejemplo un frigorífico o una lavadora, cercioraos de que la etiqueta europea de eficiencia energética que todo electrodoméstico debe llevar sea «A»: esto garantiza que hace un uso muy eficiente de la energía. 

• Busca productos que lleven la etiqueta ecológica europea, simbolizada por una florecita (véase el extremo superior izquierdo del recuadro), en tiendas y supermercados. Esto significa que los han fabricado ajustándose a normas medioambientales estrictas. 

• No pongas la calefacción muy alta. Bajar la temperatura en solo 1 ºC puede reducir hasta en un 7 % la factura energética de una familia. 

• Para ventilar, abre la ventana de par en par durante unos minutos y luego vuélvela a cerrar, en vez de dejar que el calor se escape durante mucho rato. 

• El automóvil particular es responsable del 10 % de las emisiones de CO2 de la UE. El transporte público, la bicicleta y la marcha a pie son alternativas más baratas y saludables. 
• Si tus padres van a comprar un coche nuevo, pídeles que sea un modelo pequeño y eficiente. De acuerdo con la legislación europea, los fabricantes de automóviles deben mostrar la información relativa a la cantidad de CO2 que emiten sus automóviles. 
• Las emisiones de CO2 producidas por los aviones aumentan a un ritmo superior al de cualquier otra fuente. Para distancias de unos pocos centenares de kilómetros, utiliza alternativas como el tren o el autocar. • Planta un árbol en la escuela, en el jardín o en el barrio. Cinco árboles absorben habitualmente 1 tonelada de CO2 a lo largo de su vida.

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