lunes, 21 de enero de 2013

Lo que se espera - III

Los cambios previstos podrían producir, además, un incremento en el número de personas en peligro de contraer malaria del orden de decenas de millones por año, principalmente en las zonas pobladas menos protegidas, en áreas templadas y en los trópicos y subtrópicos. Podrían, también, presentarse incrementos en enfermedades infecciosas como la salmonelosis, el cólera y otras relacionadas con el agua y los alimentos, en especial en regiones tropicales y subtropicales, debido a los efectos del clima en la distribución y temperatura del agua y sobre la proliferación de microorganismos. 
El aumento del nivel del mar podría, de igual manera, producir impactos negativos sobre los asentamientos humanos, el turismo, los suministros de agua dulce, la pesca, las infraestructuras expuestas, los suelos agrícolas y secos, así como los pantanos, causando pérdidas de tierras y económicas y el desplazamiento de millones de personas.17 Por su parte, los ecosistemas naturales podrían verse afectados de diversas formas: cambios en la composición y productividad de los sistemas ecológicos, pérdida de biodiversidad, alteraciones en la distribución de especies de bosques, decoloración y desaparición de arrecifes de coral, etcétera. 

  Las emanaciones de gases de invernadero generadas por la actividad humana son responsables, al menos en parte, del cambio climático. Sin embargo, dentro de esta responsabilidad, compartida por toda la humanidad, cabe hacer una diferenciación de acuerdo con la contribución histórica en términos del volumen de emisión de estos gases.

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