sábado, 19 de enero de 2013

Mirando hacia el futuro

La Unión Europea está convencida de que podemos reducir nuestra producción de gases de efecto invernadero y, al mismo tiempo, conseguir que siga mejorando la calidad de vida. No son dos objetivos incompatibles. Pero para ello será necesario modificar nuestra manera de vivir y de producir y usar la energía. Los líderes europeos se han puesto de acuerdo en que no puede permitirse que las temperaturas mundiales aumenten más de 2 ºC por encima de los niveles preindustriales, ya que, de hacerlo, se incrementarían enormemente en el mundo los riesgos de escasez en el suministro de agua y alimentos y de catástrofes medioambientales. 
Para alcanzar el objetivo de los 2 ºC, habrá que tomar medidas de gran envergadura después de 2012, año en que deben lograrse los objetivos del Protocolo de Kyoto. Podría resultar necesario que los países industrializados redujeran sus emisiones de gases de efecto invernadero, con respecto a los niveles de 1990, en un 15-30 % para 2020, y en un 60-80 % para 2050. Pero también es importante que los países en desarrollo que están progresando económicamente participen en un futuro acuerdo, ya que sus emisiones aumentan rápidamente. Están iniciándose las conversaciones internacionales sobre el futuro régimen del cambio climático. La Comisión Europea ha publicado ya un documento en el que se subrayan algunos elementos básicos que debería incluir el nuevo régimen, tales como una amplia participación de todos los países que emiten grandes cantidades de gases de efecto invernadero y un decidido impulso en favor de las nuevas tecnologías respetuosas del clima.

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