La geografía, la historia, la cultura, el
idioma y la religión unen a los países
de América del Sur. Lo mismo ocurre
con la música, los deportes y el turismo.
Por otro lado, el creciente comercio,
inversiones, movimientos financieros
y las migraciones, reflejan la
ampliación y la mayor densidad de los
intercambios de bienes y servicios y
del mercado laboral, en el ámbito sudamericano.
Por ello, desde una visión
global, se aprecia a los países de América
Latina como un espacio económico
diferenciado y son percibidos como
una unidad cultural distinguible del
resto de los países del mundo.
La formación de la dinámica de
los climas y su efecto en los diversos
ecosistemas del mundo, no reconoce
las fronteras entre los países; sin embargo,
las modificaciones al clima que
está ocurriendo en el planeta, sí están
afectando de manera diferenciada a los
países de América del Sur, de acuerdo
a sus características geográficas.
Es un escenario de cambios importantes
en los climas y los ciclos
biológicos de los cultivos que constituyen
la base de las economías de
interior de estos países.
Es evidente
que se verán afectados los rendimientos
de las cosechas y ello ocasionará
desequilibrios en las economías nacionales,
en los flujos comerciales
y en la seguridad alimentaria de la
región. En este contexto los efectos
del cambio climático podrían afectar
de manera negativa la gobernabilidad
en los países de la región y por
ende desincentivar los procesos de
integración regionales.
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