domingo, 16 de diciembre de 2012

Sandy: Frankenstormentas y cambio climático - VIII

Así pues, aun en la medida en que construimos un movimiento de amplia base para luchar por reformas de verdad en el seno del sistema, para ralentizar el monstruo de un capitalismo desbocado, movido a base de combustibles fósiles que está creando Frankenstormentas y muchas más cosas en forma de destrozos ecológicos y sociales, nos hace falta contemplar una sistema social completamente distinto. 
Esto significa ubicar el funcionamiento práctico e ideológico del capitalismo y la degradación medioambiental en un marco unificado que exige su substitución por un sistema basado en la cooperación, la democracia real, una producción sostenible dirigida a las necesidades y una Tierra mantenida en la confianza común de todas las gentes en interés de las futuras generaciones. 
Sólo entonces, por medio de ese cambio revolucionario, podemos esperar evitar un desmembramiento cataclísmico de los ecosistemas globales mediante un cambio climático antropogénico. Y el agente de ese cambio no está en las urnas. 
Pues hay otro modo de leer el Frankenstein de Mary Shelley, en el que el monstruo con el que el lector simpatiza, fabricado y traído a la vida por el burgués Dr. Frankenstein, se encuentra tan enfurecido por su opresión y explotación que representa el derrocamiento revolucionario de su creador y antagonista. 
Dicho de otro modo, el Dr Frankenstein, muy al modo del capitalismo, ha creado su propio enterrador, en forma de trabajadores, campesinos y comunidades organizadas que deben luchar en calles, campos y bosques del mundo por nuestra emancipación y la de nuestro planeta.

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