domingo, 30 de diciembre de 2012

Los desafíos de la subregión andina - II

Todas estas dimensiones de la vida cotidiana también son parte del nivel de vida de los pueblos. En última instancia, la felicidad es un sentimientode plenitud por los logros alcanzados, por el amor de la pareja y de los hijos, por la generosidad de los amigos, por la verdad conocida, por la belleza del paisaje, por la devoción religiosa, entre muchas otras vivencias del ser humano que dan sentido y significado a sus vidas. 

El poseer más cosas materiales genera una sensación de bienestar y muchas de ellas son indispensables para vivir. Pero, también hay que reconocer que la razón de ser de la existencia humana no se limita tan sólo a consumir para sobrevivir.

Desde otra perspectiva, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD ) califica a los países de la CAN en el rango medio del Índice de Desarrollo Humano (ID H), aunque existen grandes desigualdades al interior de los países. Se reconoce, por otro lado, el avance de los países andinos en la satisfacción de las necesidades básicas de su población, particularmente en las ciudades, durante los últimos 30 años; así como el esfuerzo de los gobiernos, para ampliar la cobertura de los programas sociales para atender la demanda de la creciente población. 

Ello se expresa en la voluntad política para incrementar el gasto fiscal. Sin embargo, este esfuerzo no ha sido suficiente, porque el 55% de la población todavía está por debajo de la línea de la pobreza, siendo la situación de las poblaciones rurales bastante más alarmante: éstas suman alrededor de 30 millones. Esta es la población que vive en las laderas andinas, en los páramos y punas, en los llanos, en el bosque seco y en la amazonía. Por eso se reclama una estrategia de crecimiento económico con inclusión social.

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