viernes, 14 de diciembre de 2012

Sandy: Frankenstormentas y cambio climático - II

La obsesión que se apoderó de Victor, su creciente enajenación del mundo que le hace abandonar amigos, familia, incluso sustento, tiene su eco a escala global en la insaciable sed de nuevos campos destinados a la explotación y el crecimiento. El hecho de que la incontrolable búsqueda de Victor le consumiera en sus llamas cuando su creación se volvió en contra suya no detendrá unas señales de aviso semejantes que impidan que el capitalismo se devore a si mismo…y se hunda con el resto del planeta junto a él. Que el cambio climático inducido por los seres humanos es lo que explica parcialmente el huracán Sandy,“el mayor huracán en la historia del Atlántico medido con el diámetro de vientos huracanado (1040 millas)”, lo razona el Dr. Kevin E. Trenberth, distinguido científico emérito de la Sección de Análisis del Clima del Centro Nacional de Investigación Atmosférica [National Center for Atmospheric Research]: Las temperaturas de la superficie marina a lo largo de la costa atlántica han ido discurriendo unos 3 grados centígrados por encima de lo normal en una región que se extiende 800 kilómetros costa afuera entre Florida y Canadá. El calentamiento global contribuye a esto en 0.60grados. 
Con cada grado centígrado, el agua que retiene la atmósfera sube en un 7% y la humedad da pábulo a la tormenta tropical, aumenta su intensidad, y magnifica las precipitaciones doblando esa cantidad comparada con las condiciones normales. El cambio climático global ha contribuido a unas temperaturas más elevadas en la superficie marina y los océanos, y a una atmósfera más cálida y húmeda, y sus efectos están en un abanico del 5% al 10%. La variabilidad natural y el tiempo han proporcionado condiciones acaso óptimas para que un huracán que discurre en una situación extra tropical se convierta en una tormenta de enorme intensidad, acrecentada por el influjo del cambio climático.
 Conforme el clima continúe calentándose, el efecto no hará más que aumentar, lo que llevará a sucesos meteorológicos más extremos, inundaciones y sequías, tal como se describía en dos artículos recientes de Nature. Y calentarse se calentará. No porque no tengamos respuestas para impedir que esto suceda y derivemos nuestra energía de otras fuentes que no sean los combustibles fósiles, sino porque sencillamente es demasiado rentable para cambiarlo. Hay una compulsión inherente al capitalismo, la fuerza propulsora del beneficio que impulsa a un mayor crecimiento en un bucle de perpetua retroalimentación, por el que las colosales fuerzas de producción están poniendo a prueba los límites del planeta a la hora de absorber la paliza que aguanta su biosfera. 

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