Para garantizar la supervivencia de los pueblos amazónicos, la protección de los bosques en Bolivia
es una necesidad urgente, ante el avance de la frontera agrícola y ganadera a ritmos alarmantes en la
última década. El manejo integral y uso múltiple del bosquees la respuesta alternativa a la destrucción
de los bosques amazónicos quealcanzan niveles insostenibles a causa de la deforestación destinada
a la agricultura, ala ganadería, y otras actividades de explotación irracional como la industria
maderera y la minería.
Además, otro peligro se cierne a raíz de la colonización en áreas fiscales de
tierras bajas anunciadas por algunas autoridades de gobierno y dirigentes de organizaciones
sociales.
Con la Ley Forestal 1700 aprobada en julio de 1996, el gobierno neoliberal de Sánchez de Lozada a
través del régimen de Concesiones Forestales, vigente aún,continuó conla destrucción de la selva.
Fue una ley hecha para regalar los recursos naturales a los grandes empresarios madereros,
ganaderos y soyeros que han talado cientos de miles de árboles y se han enriquecido a costa de
nuestros bosques. Esta normano sirvió para la conservación de la naturaleza ni para beneficiar a los
pueblos amazónicos.
La Ley 1700 que aún siguevigenteno ha logrado frenar las dos millones de hectáreas desforestadas
en los últimos 6 años. En total 8 millones de hectáreas han sido desforestadas en Bolivia. Ocho
TIPNIS han sido destruidos en el país,como lo manifiesta Alicia Tejada en su carta enviada al
Presidente del Estado Plurinacional extrañada por la omisión del gobierno y preocupada por la
situación. (http://fobomade.org.bo/art-1824)
Durante estos 6 años y 6 meses de gestión del denominado Proceso de Cambio y de Revolución
Democrática y Cultural, no se han modificado las normas forestales, la explotación irracional de los
recursos forestales continua y prosigue la tala de millones de árboles destinados a la agricultura
extensiva y a la gran empresa ganadera. Como podrá verse, el estado de situación de los bosques
amazónicos de Bolivia no ha cambiado.
La realidad nos muestra una ausencia del Estado y una falta
de políticas públicas para la protección de los bosques.
En la agenda del Estado Plurinacional no es una prioridad la conservación de los bosques en el
Oriente y laAmazonía. Pese a los discursos de defensa de la Madre Tierra y aunque se anuncia la
aprobación de una nueva Ley de Bosques no es evidente que exista una voluntad política de respetar
y proteger las tierras bajas que tienen vocación forestal.
La falta de valor e importancia de nuestros bosques de parte de las estructuras del gobierno
seexplicarían porque la densidad poblacional en la Amazonía no significarla un gran caudal electoral y
como contrapartida existen ofertas electorales y compromisos en tierras altas para distribuir tierras a
los campesinos-indígenas que la posean insuficientemente. Obviamente quienes vienen a colonizar
tierras vienen con una cultura agrícola que es contraria a la vocación forestal. Una segunda razón es
quepara comer hay que chaquear, quemar, sembrar y cosechar productos agrícolas, como lo dijo el
propio Presidente. Así se justificaría los asentamientos, el chaqueo y la consecuente deforestación.
La falta de comprensión de la Amazonía y el pragmatismo estatal ponen en riesgo la existencia
misma de los pueblos diseminados por toda la región amazónica que históricamente han vivido en
armonía con la naturaleza, de la caza, de la pesca, de la recolección de productos del bosque de la
fauna y de la flora sin destruir su casa grande. Inclusive históricamente han vivido de la pequeña
parcela agrícola rotativa de subsistencia que protege al bosque y que le permite tener soberanía
alimentaria.
Es posible el manejo integral y uso múltiple del bosque articulado a un modelo económico justo,
solidario y sustentable contrario al modelo capitalista depredador que subsiste actualmente.
Los
recursos naturales del bosque administrados de forma sustentable son suficientes para generar
ingresos suficientes para vivir bien de forma digna. Tiene más valor el conjunto de la biodiversidad del
bosque que realizar una agricultura de tierras que no son de vocación agrícola que a la larga solo
produce desertificación y disminución severa de los ciclos de lluvia.
La vida y la existencia de los pueblos indígenas- originarios y campesinos que viven en estos bosques
no tiene precio. Por lo tanto, se le deberespeto a su territorio a su forma de vida, a su cultura, a su
espiritualidad, y su relación armónica con la naturaleza. De igual forma todo lo que los rodea, la casa
grande, la biodiversidad amazónica tiene un valor intangible, es decir que no se puede medir, que no
se puede cuantificar, y en muchos casos no se puede vender ni comprar.
El aire fresco y puro que
respiran,el agua que beben de las vertientes, los ríos que navegan y zambullen, el lago donde pescan
el pintaó (Surubí)o la sabiduría ancestral, sus cuentos narraciones y leyendas son parte de su
identidad intangible.
ElEstado Plurinacional tiene la obligación ineludible de reflexionar sobre esta realidad y aplicar un
verdadero ordenamiento territorial coherente con la construcción de un Estado Socialista justo y
solidario que significaría respetar y aplicar con rigor la vocación de la tierra y el territorio
indisolublemente articulado, ligado a su vocación y a su identidad pluricultural y plurinacional de los
pueblos indígenas, originarios campesinos que habitan las tierras del Oriente y Amazonía de Bolivia.
Por estas razones la construcción nueva Ley de Bosques tendría que tomar en cuenta estas
consideraciones y las diferencias substanciales eco regionales y generar un verdadero debate
democrático, participativo e inclusivo en su verdadera dimensión pluricultural y plurinacional, en su
diversidad territorial. Solo a través del másamplio debate abierto, transparente, fraterno, de frente sin
tapujos, sin miramientos, sin prejuicios ni preconceptos se podrá generar algún consenso.
Es probable queestosbuenos deseos por el bien común de los pueblos amazónicos no se cumplan a
causa de que elEstado Plurinacional aplica políticas públicas y legisla desde arriba sin consensuar
con los actores de tierras bajas.Por lo tanto lo que nos queda es aportar en la discusión para generar
conciencia colectiva que es una forma de resistencia ante el avasallamiento de nuestros bosques y
ante el riesgo de vulneración de los derechos delospueblos amazónicos.
* Fuente: SENA-Fobomade, Boletín informativo N. 114
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