Sirva este último apunte de “aviso a navegantes” escandalizados por ver en éste y otros textos
“Pecado de negación de La Ciencia”. Se trata de todo lo contrario, y en tal sentido las fisuras se han
prodigado en el regazo científico mismo, siendo la lucha de los disidentes lucha en nombre de “la
Ciencia” y atenta a su Método. La mayoría de estas voces de ciencia no niegan la existencia de
cambios (por lo demás sensiblemente perceptibles), pero sí la inserción de estos en una narrativa
operesca asentada sobre tres ideas-fuerza:
1ª. Prospectiva de progresividad:
El ascenso de temperaturas habría de estar componiendo una
trayectoria ascendente en la senda al derretimiento colectivo o a la fatal inundación. Otros científicos,
estadísticas en mano, sitúan el significado en ciclos o intervalos, sean de onda larga o de onda corta;
una especie de “Eterno Retorno” histórico de intensificación y atemperamiento alternantes.
Lo que
protagonizaría el cambio serían los altibajos, las “sorpresas” estacionales (a-tipicidad estacional de
fenómenos) y en definitiva la mayor incertidumbre meteorológica, contrariamente una supuesta
“certidumbre de superior calor sostenido por meses e invasivo de estaciones antes no-cálidas”).
2ª. Globalidad:
El cambio ecosistémico y el calentamiento poseerían dimensiones globales. Pero
otros científicos niegan que el espacio Natural mundial se esté uniformizando, hecho que sí sería un
reflejo (y a la vez, causa en dialéctica) respecto de paulatina homogeneización climática. No se
niegan las desertizaciones, pero son eso -pluralidades contextuales-, y no “La Desertización”, lo que
por otra parte debe evitar confundirse con la real “desertización” de espacios y ecosistemas por la
mano activa del capitalismo (deforestación, gigantescos incendios, etc.). Esta contextualidad vale, por
ejemplo, para fenómenos ciertos como la prolongación en el tiempo de veranos e inviernos
diluyéndose los “entre-tiempos”, o como el enfriamiento nocturno y el calentamiento diurno en
territorios influenciados por desertizaciones internas o adyacentes (sin ir más lejos, España).
3ª. Sentido objetivo de cambio radical perceptible en la brusquedad de los indicadores: Pero otros
científicos ponen en entredicho los datos tipo “el día más caluroso del siglo”, o bien niegan al menos
su representatividad en puesta en trayectoria, a la vez que señalan cómo unos datos punta pueden
contrastarse con otros datos punta en sentido adverso a la debacle, tipo “el mes de junio más suave y
templado del último cuarto de siglo”. Otras aportaciones de datos niegan que las subidas estén
siendo cualitativas, de un modo en que indicarían el advenimiento o la producción de cambios
cualitativos; lo que sí habría es un desorden (respecto del marco climatológico de referencia) así como
una multiplicidad de fenómenos acaecibles en umbrales temporales más anchos y menos rígidos
(“desdibujamiento de identidades climáticas”).
De todos modos, en lo que se refiere a climatología los datos aislados o atomizados son mucho
menos informativos que los datos agregados, y por lo visto estos últimos muestran -en mayor
notablemente proporción a la que se cree- el hecho de que los desequilibrios parciales van
compensándose entre sí en una especie de resultante total de mayor equilibrio. Por ejemplo: los
altibajos y contrastes entre picos de pluviosidad son impactantes, pero esto coexiste con que la
Media de pluviosidad guarda equilibrio ecosistémico, sin importar, a esos efectos, el que se trate de
una Media más dispersa que en el pasado entre mínimas y máximas.
¡Double Danger!: Des-sujeción al petróleo y rupturas de la caduca centralización unipolar sobre el
comercio armamentístico
Por último pero no de menor importancia, este paradigma de “Cambio Climático” está promoviendo
una “crítica” parcial sobre “lo nuclear”, con objeto de evitar que el desarrollo industrial ajeno devenga
con firmeza independiente respecto de las políticas del petróleo tanto como del petro-dólar.
Los dobles raseros usados en torno a este punto son obvios: las “democracias” (imperialistas) y sus
lacayos concentran la arrasadora mayor parte del volumen energético nuclear mundial, mientras
cualquier competencia conquistada por Pueblos que luchan contra su propia dependencia, es un
movimiento etiquetado de “peligroso”, “sospechoso” y “desestabilizador” (y así es..., para los intereses
monopolistas). Sin ir más lejos, desde sus mismo inicio Green Peace fue obteniendo soporte
financiero de Rockefeller y de “las Siete Hermanas” conformadoras del monopolio petrolero
estadounidense.
Como no podría ser de otra manera, armas y arsenales ocupan también el centro de este punto de
mira salvacionista secular: la máxima es que todo arsenal debe continuar siendo producido y
acumulado por los mismos de siempre, a fin de denegarle al Mundo cualquier oportunidad de obstruir
el monopolio y la Dictadura que éste implica. Así pues, el Mundo queda sobre sus rodillas en forzado
“amén” a la Ley del más fuerte. Pero, paralelamente, el desarrollo del comercio en materia de
Defensa y la firma de contratos está reflejando un desarrollo en materia de unificación entre
disidencias nacionales y de cooperación, tanto como refleja cómo las independencias políticas están
portando, anexas a ellas, alternativas productivas en apertura.
Por esta razón -dar respiración asistida a esa sangrienta, asesina Ley del más fuerte-, Amnistía
Internacional se haya en Campaña imperialista “contra la no regulación internacional del tráfico
armamentístico”. En “virtud” de esas “filantrópicas” reglas, Sudáfrica, Siria o cualquier otro país en el
futuro deberían ser privados de aptitud de respuesta..., a no ser que se convirtieran a satélites bien
metidos dentro de la cartera monopolista y así empezaran a aparecer -”a pesar de sus faltas”- en los
Rankings oenegeros “de democracia y voluntad de pacificación”. Tal y como figuran India, Colombia,
Israel, Túnez, Turquía, Indonesia, Filipinas, Corea del Sur o Egipto, “imperfecciones en desarrollo y
auto-superación” aptas para ser benditas y armadas hasta los dientes por los Directores de esos
“pacifistas”, “en pro de la paz y el equilibrio mundiales”.
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