Desde hace unos treinta años, los Estados Unidos están perdiendo aceleradamente su % de PIB
sobre el PIB total mundial, tendencia que continúa acelerándose exponencialmente. Así que Al Gore
fue pagado por su propia Administración Bush a fin de lanzar un mensaje claro a una masa de
espectadores “occidentales” hondamente condicionados en “ecología”: “
El Mundo camina hacia su
propio ocaso, de modo que nosotros -<>- debemos hacer
cualquier cosa en nuestras manos para poner orden en este desorden”. Y, huelga decirlo, la Potencia
hegemonista tiene establecidos sobrados poderes y sendas de presión en clave de comandar
Resoluciones y Cuotas en “Conferencias Internacionales Medioambientales” y Encuentros...
El Hegemonismo no puede manejarse exitosamente sobre la arena de la competencia por el
provecho industrial, dado la colosal crisis de sobreproducción de capitales que sufre (los Estados
Unidos deben invertir un promedio de 4 puntos de Valor por cada punto adicional que obtienen
efectivamente).
Así pues, sus técnicos de Estado piensan: “Veamos si pudiéramos al menos
decelerar el desarrollo de terceros”. Diseño de conflictos y de guerras, maniobras diplomáticas,
cercos geográficos y posicionamiento militar, “intervenciones”, sujeciones financieras, compras
gubernamentales, reemplazo de sistemas institucionales y de Líneas políticas de la mano de la
ingeniería social y de servicios secretos...; esto es el “pan nuestro mundial de cada día” que se
corresponde a las recetas hegemonistas de “auto-recuperación”. Y el “Cambio Climático” participa en
pleno de esta polifacética ofensiva:
En nombre de salvar al Mundo del Cambio Climático, el super-Imperio trata de dictar a terceros sus
Tasas legales de emisión, mientras él consigue apropiarse las Cuotas de un mosaico de países
dependientes con vistas a incrementar la propia cuenta estadounidense de permisividad
contaminante.
En algunos casos, a los Estados Unidos les basta con comprar cuotas, operando con
la ruina económica de esos países como la mejor Ley del Embudo posible (habiendo generado la
necesidad, el super-Imperio genera la necesidad subsiguiente de vender “derechos”). En otros casos,
los Estados Unidos fijan esas cuotas terceras a cambio de su soporte financiero, militar y de “contrainsurgencia”.
Otras veces, usan la amenaza (variada: jurídica de sanción, de bloqueo, etc.).
Y ese acopio -esa centralización del Potencial de producción-, ¿para hacer qué?: ¡la mayoría de
veces, nada!. Pues los compradores monopolistas estadounidenses en esos mercados “ecológicos”,
son incapaces a la hora de aprovechar por sí mismos este potencial, que permanece inerte (aunque
esto forma también parte, en definitiva, de esta misma estrategia política: secuestrar potencial
productivo soberano de terceros aunque sea para poner a este potencial “en stock”).
Por otra parte, debe ser señalado que, aun contando su notable deflación productiva, los Estados
Unidos siguen ocasionándole al Mundo una agresión medioambiental -cuantificada con el indicador
de “Huella ecológica”- incomparablemente superior a la que suman juntas aquellas Potencias
productivas peor manchadas de mala prensa (China, Rusia, Japón, India).
Poco importa la realidad: cuando se dispone de mecanismos políticos e instituciones
“internacionales” para hacer lo que a uno le da la gana, el exceso con que se sobrepasa el límite de
Cuota anual puede ser “desplazado” a voluntad hacia el año siguiente, siendo restado de éste. La
misma treta puede repetirse consecutivamente sin penalización, de modo que se promete compensar
el exceso acumulado de polución, aceptando una permisividad menor “el año que viene”..., ¡y así
sucesivamente!. “Vuelva usted mañana”.
Incluso si, pongamos por caso, imaginamos como 100 la Cuota USA en 2010, y la agresión ambiental
de USA para ese año pongamos que fue de 200 (de modo que, aun cargando ese sobrante a 2011,
ello implicaría que no puede contaminarse ese año: Cuota de 100 en 2011 – Sobrante de 100
desplazado a 2011 = 0), tanto da a fin de cuentas: puede acumularse el cómputo y postergarse todo
junto (agregado) al 2012..., o a cuando se considere, hasta que, llegado al año clave, se solicite una
nueva prórroga, que será otorgada en el fondo por los mismos hegemonistas solicitantes. Por esos
derroteros, la famosa fecha de sub-uso en el umbral de Cuota, que debe compensar a la postre toda
la trayectoria de super-uso, se convierte poco menos que en Mito. Los Estados Unidos juegan así,
relajadamente, a lo que podemos designar como “especulación ecológica”.
Genocidio controlado, neo-malthusianismo y particularismos conservacionistas de la “multidiversidad”
Todo este “clima de opinión y sensibilidad” referido al pronto advenimiento de un Apocalipsis ígneo o
neo-glacial (según uno u otro departamento de “científicos”), es creado así mismo para dar “sustento”
a la idea nihilista de que “somos un cáncer para el Planeta y para la vida, y somos demasiados”. Así
que los Think Tanks del Hegemonismo (más todos sus faranduleros, “cantantes” y “artistas” líderes de
masas) están hablando ya de “mal menor”: genocidios “bajo control” (bajo el suyo) con objeto de
“garantizar el desarrollo sostenible”, “la sostenibilidad”, “el futuro”, así como para dar “oportunidades
contra la pobreza” (por el camino de “reducción” de pobres).
Esta última Ratio exterminadora inscrita en las líneas de mano del monopolio capitalista, se muestra
envuelta tras la atemperada cortina “científica” y “racional” de neo-maltusianismo. Cortina que ondea
con insultante “realismo” una vez que el ciudadano ya ha aceptado como pétreo fetiche a esa misma
Matriz de escasez y miseria que luego viene a diseñar “genocidio controlado” para extirpar el “índice
sobrante” de población. Demografía -con su fardo de “pesadas e in-sobrellevables necesidades”-
supuestamente depredadora y amenazante para “la continuidad vital y las perspectivas de Bienestar
humano”.
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