martes, 27 de noviembre de 2012

El desafío del calentamiento global - I

Cuando en Uruguay seguimos sobrellevando los sorpresivos rigores de un clima cambiante, luego de pasar un duro invierno caracterizado por una escasez hídrica que descolocó a muchos y, particularmente a UTE, nuestro monopólico proveedor de energía, sorprendiendo a otros y afectando a todos los demás en sus vidas cotidianas, quienes debimos consumir y ajustar el consumo de energía a la característica de represas prácticamente secas, tras lo cual resaltó – como siempre – la morosidad de las obras para lograr otras formas de producción que no fueran las tradicionales, basadas en el consumo del carísimo petróleo. La primavera revirtió el caudal hídrico. 
Se pasó de la sequía preocupante a la lluvia, fenómenos acompañados de vientos, casi o huracanados que, semanalmente sorprenden y distorsionaron la vida cotidiana de todos los uruguayos, creando problemas irresolubles y multiplican, por supuesto, el significado negativo que tienen las imprevisiones de las políticas de los organismos pertinentes entre las que se destacan, por ejemplo algunas enormidades, como el resolver la suspensión del transporte colectivo en el mismo horario en el cual se autorizó a abandonar los lugares de trabajo a los funcionarios de la actividad pública y privada, dejando a miles y miles de personas a merced de las inclemencias del tiempo. 
Es evidente que vivimos inmersos en un cambio climático que, de alguna manera, tendrá que tomarse en cuenta, porque no solo afectará a la vida cotidiana de las personas, sino también en un país productor de alimentos como es el Uruguay, producirán modificaciones en las mismas formas de producción. Se anuncia que el verano será como los tradicionales, con niveles adecuados de calor, sin mayores alternativas cambiantes. Sin embargo, pese a la capacidad de anticipar los pronósticos de los servicios meteorológicos – pese a que el “nacional” todavía no está regularizado – pensamos que anunciar lo que ocurrirá en materia de tiempo con tanta anticipación, dentro de unos meses, es demasiado arriesgado. Es que el calentamiento del planeta, vía errores garrafales en las formas aberrantes de la producción mundial y los errores de las formas de vida de la propia humanidad, son fenómenos que están afectando claramente a buena parte del mundo. Ahí tenemos parte de la explicación no solo de los cambios que se han producido en nuestro país, sino los que se viven en otras regiones del mundo. Hoy por hoy Argentina sufre inundaciones, Nueva Jersey, una de las catástrofes mayores de su historia, etc. 

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