Cuando en Uruguay seguimos
sobrellevando los sorpresivos
rigores de un clima cambiante,
luego de pasar un duro invierno
caracterizado por una escasez
hídrica que descolocó a muchos
y, particularmente a UTE,
nuestro monopólico proveedor
de energía...
...sorprendiendo a otros y afectando a todos los demás en sus vidas
cotidianas, quienes debimos consumir y ajustar el consumo de
energía a la característica de represas prácticamente secas, tras lo
cual resaltó de manera dramática– como siempre – la morosidad de
las obras necesarias para instrumentar otras formas de producción
que no fueran las tradicionales, basadas en el consumo del carísimo
petróleo.
La primavera revirtió la situación multiplicando el caudal hídrico. Se
pasó de la sequía preocupante a la lluvia intensa, fenómenos
acompañados de vientos, casi o huracanados que, semanalmente nos
sorprenden y distorsionaron la vida cotidiana de todos los
uruguayos, creando problemas irresolubles y multiplican, por
supuesto, el significado negativo que tienen las imprevisiones de las
políticas de los organismos pertinentes entre las que se destacan,
por ejemplo algunas enormidades, como el resolver la suspensión del
transporte colectivo en el mismo horario en el cual se autorizó a
abandonar los lugares de trabajo a los funcionarios de la actividad
pública y privada, dejando a miles y miles de personas a merced de
las inclemencias del tiempo.
Es evidente que vivimos inmersos en un cambio climático que, de
alguna manera, tendrá que tomarse en cuenta con absoluta seriedad,
porque no solo afectará la vida cotidiana de las personas, sino
también en un país productor de alimentos como es el Uruguay,
producirá modificaciones en las mismas formas de producción. Se
anuncia que el verano será como los tradicionales, con niveles
adecuados de calor, sin mayores alternativas cambiantes. Sin
embargo, pese a la capacidad de anticipar los pronósticos de los
servicios meteorológicos – pese a que el “nacional” todavía no está
regularizado – pensamos que anunciar lo que ocurrirá en materia de
regularizado – pensamos que anunciar lo que ocurrirá en materia de
tiempo con tanta anticipación, dentro de unos meses, es demasiado
arriesgado.
Y más aún pronosticar, como también ha ocurrido, la multiplicación
anual de huracanas a partir del 2015. Sabemos que el calentamiento
del planeta, vía errores garrafales en las formas aberrantes de la
producción mundial y de las formas de vida de la propia humanidad,
son fenómenos que están afectando claramente a buena parte del
mundo. Ahí tenemos parte de la explicación no solo de los cambios
que se han producido en nuestro país, sino los que se viven en otras
regiones del mundo.
Hoy por hoy Argentina sufre inundaciones, Nueva Jersey y Nueva
York una de las catástrofes mayores de su historia, etc.
En nuestro país, obviamente, ante los anuncios de un verano tórrido
y seco qué, obviamente provocaría, seguramente rigideces en las
necesidades de energía, es que nos preguntamos: ¿Por qué UT E ha
sido tan incapaz – por décadas - en concretar soluciones de
producción energía barata y limpia? Cómo todos sabemos las últimas
licitaciones del ente energético fueron fallidas y todavía están “en
veremos” los trabajos de “interconexión” energética con Brasil, una
obra millonaria que remachará nuestra dependencia energética de
los países vecinos, mecanismo político tradicionalmente utilizado por
UT E para sortear realizaciones propias y descansarse en el esfuerzo
de los demás, aunque en definitiva el precio por unidad de energía
sea más oneroso.
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