108. Reafirmamos nuestros compromisos relativos al derecho de toda persona a
disponer de alimentos sanos, suficientes y nutritivos, en consonancia con el derecho
a una alimentación adecuada y con el derecho fundamental de toda persona a no
padecer hambre. Reconocemos que la seguridad alimentaria y la nutrición se han
convertido en un desafío mundial apremiante y, a este respecto, reafirmamos
también nuestro compromiso de aumentar la seguridad alimentaria y el acceso de las
generaciones actuales y futuras a alimentos suficientes, sanos y nutritivos, en
consonancia con los cinco Principios de Roma para la seguridad alimentaria
sostenible aprobados en 2009, especialmente en favor de los niños menores de 2
años y mediante estrategias de seguridad alimentaria y nutrición nacionales,
regionales y mundiales, según corresponda.
109. Reconocemos que una parte considerable de los pobres del mundo vive en
zonas rurales y que las comunidades rurales desempeñan un papel importante en el
desarrollo económico de muchos países. Ponemos de relieve la necesidad de
revitalizar los sectores de la agricultura y del desarrollo rural, especialmente en los
países en desarrollo, de modo que sean sostenibles desde los puntos de vista
económico, social y ambiental. Reconocemos la importancia de que se adopten las
medidas necesarias para atender mejor las necesidades de las comunidades rurales,
entre otros medios, aumentando el acceso de los productores agrícolas, en particular
los pequeños agricultores, las agricultoras, los indígenas y las personas que se
encuentran en situaciones vulnerables, a créditos y otros servicios financieros,
mercados, regímenes seguros de tenencia de la tierra, atención de la salud, servicios
sociales, educación, capacitación, conocimientos, y tecnologías apropiadas y
asequibles, en particular para el regadío eficaz, la reutilización del agua residual
tratada y la captación y el almacenamiento de agua. Reiteramos la importancia que
reviste el empoderamiento de las mujeres de las zonas rurales como agentes
fundamentales para mejorar el desarrollo agrícola y rural y la seguridad alimentaria
y la nutrición. Reconocemos también la importancia de las prácticas agrícolas
tradicionales sostenibles, como los sistemas tradicionales de suministro de semillas,
sobre todo para muchos pueblos indígenas y comunidades locales.
110. Observando la diversidad de condiciones y sistemas agrícolas, decidimos
aumentar la producción agrícola sostenible y la productividad a nivel mundial, en
particular mejorando el funcionamiento de los mercados y los sistemas de
comercialización y fortaleciendo la cooperación internacional, sobre todo en favor
de los países en desarrollo, mediante el incremento de la inversión pública y privada
en la agricultura sostenible, la ordenación de las tierras y el desarrollo rural. Las
principales esferas que requieren inversión y servicios de apoyo son las prácticas
agrícolas sostenibles; la infraestructura rural, la capacidad de almacenamiento y las
tecnologías conexas; las actividades de investigación y desarrollo en materia de
tecnologías agrícolas sostenibles; el fomento de cooperativas y cadenas de valor
agrícolas fuertes; y el fortalecimiento de los vínculos entre los medios urbano y
rural. Reconocemos también que es necesario reducir considerablemente las
pérdidas posteriores a la cosecha y otras pérdidas y desperdicios de alimentos en
toda la cadena de suministro de alimentos
No hay comentarios:
Publicar un comentario