138. Reconocemos que la salud es una condición previa, un resultado y un
indicador de las tres dimensiones del desarrollo sostenible. Sabemos que solo se
podrán lograr los objetivos del desarrollo sostenible cuando no haya una alta
prevalencia de enfermedades debilitantes transmisibles y no transmisibles y las
poblaciones puedan llegar a un estado de bienestar físico, mental y social. Estamos
convencidos de que las medidas sobre los determinantes sociales y ambientales de la
salud, tanto para los pobres y vulnerables como para toda la población, son
importantes para crear sociedades inclusivas, equitativas, económicamente
productivas y sanas. Pedimos que se logre plenamente el derecho de todos a
disfrutar del más alto nivel posible de salud física y mental.
139. Reconocemos también la importancia de una cobertura sanitaria universal para
fomentar la salud, la cohesión social y el desarrollo humano y económico
sostenibles. Nos comprometemos a reforzar los sistemas de salud para proporcionar
una cobertura universal equitativa. Pedimos que participen todos los agentes
pertinentes para emprender una acción multisectorial coordinada a fin de atender
urgentemente las necesidades de salud de la población mundial.
140. Ponemos de relieve que el VIH y el SIDA, la malaria, la tuberculosis, la gripe,
la poliomielitis y otras enfermedades transmisibles siguen siendo motivo de gran
preocupación mundial y nos comprometemos a redoblar los esfuerzos para lograr el
acceso universal a la prevención, el tratamiento, la atención y el apoyo relativos al
VIH y eliminar la transmisión maternoinfantil del VIH, así como renovar y
fortalecer la lucha contra la malaria, la tuberculosis y las enfermedades tropicales
desatendidas.
141. Reconocemos que la carga y la amenaza que representan las enfermedades no
transmisibles a nivel mundial constituyen uno de los principales obstáculos para el
desarrollo sostenible en el siglo XXI. Nos comprometemos a reforzar los sistemas
de salud para proporcionar una cobertura equitativa y universal y promover el
acceso asequible a la prevención, el tratamiento, los cuidados y el apoyo
relacionados con las enfermedades no transmisibles, en especial el cáncer, las
enfermedades cardiovasculares, las enfermedades respiratorias crónicas y la
diabetes. También nos comprometemos a establecer o reforzar políticas nacionales
multisectoriales para la prevención y el control de las enfermedades no
transmisibles. Reconocemos que reducir, entre otras cosas, la contaminación de la
atmósfera y el agua y la causada por los productos químicos tiene efectos positivos
en la salud.
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