125. Reconocemos el papel fundamental de la energía en el proceso de desarrollo,
dado que el acceso a servicios energéticos modernos y sostenibles contribuye a
erradicar la pobreza, salva vidas, mejora la salud y ayuda a satisfacer las
necesidades humanas básicas. Destacamos que esos servicios son esenciales para la
inclusión social y la igualdad entre los géneros y que la energía es también un
insumo clave para la producción. Nos comprometemos a facilitar la prestación de
apoyo para que obtengan acceso a esos servicios los 1.400 millones de personas de
todo el mundo que actualmente no disponen de ellos. Reconocemos que el acceso a
esos servicios es indispensable para el logro del desarrollo sostenible.
126. Insistimos en que es necesario tratar de resolver el problema del acceso a
servicios energéticos modernos y sostenibles para todos, en particular para los
pobres que no pueden costearlos ni siquiera en los casos en que están disponibles.
Insistimos también en que es necesario adoptar nuevas medidas para mejorar esa
situación, incluso movilizando recursos financieros suficientes, de manera que en
los países en desarrollo se puedan proporcionar servicios de ese tipo que sean
fiables, de costo razonable, económicamente viables y social y ambientalmente
aceptables.
127. Reafirmamos nuestro apoyo a la aplicación de políticas y estrategias
nacionales y subnacionales, basadas en las circunstancias y las aspiraciones de
desarrollo de cada país, utilizando una matriz energética apropiada para satisfacer
las necesidades de desarrollo, incluso mediante un mayor uso de fuentes de energía
renovables y otras tecnologías de bajas emisiones, el uso más eficiente de la energía,
la mayor utilización de tecnologías energéticas avanzadas, incluidas tecnologías
menos contaminantes de aprovechamiento de los combustibles fósiles, y el uso
sostenible de los recursos energéticos tradicionales. Nos comprometemos a
promover los servicios energéticos modernos y sostenibles para todos por medio de
iniciativas nacionales y subnacionales, como por ejemplo de electrificación y de
difusión de soluciones sostenibles para la cocción de los alimentos y la calefacción,
incluso realizando actividades de colaboración para compartir las mejores prácticas
y adoptar políticas, según convenga. Instamos a los gobiernos a que creen entornos
propicios que faciliten la inversión de los sectores público y privado en tecnologías
menos contaminantes que sean pertinentes y necesarias.
128. Reconocemos que mejorar la eficiencia energética, aumentar la proporción de
energía renovable y usar tecnologías menos contaminantes y de alto rendimiento
energético son elementos importantes para el desarrollo sostenible, incluso para
hacer frente al cambio climático. Reconocemos también la necesidad de adoptar
medidas de eficiencia energética en la planificación urbana, la construcción de
edificios y el transporte, en la producción de bienes y servicios y en el diseño de
productos. Reconocemos además que es importante promover los incentivos a la
eficiencia energética y la diversificación de la matriz energética y eliminar los
desincentivos pertinentes, incluso fomentando las actividades de investigación y
desarrollo en todos los países, entre ellos los países en desarrollo.
129. Observamos que se ha puesto en marcha la iniciativa del Secretario General
sobre la Energía Sostenible para Todos, que se centra en el acceso a la energía, la
eficiencia energética y las energías renovables. Todos estamos resueltos a trabajar
para que la energía sostenible para todos se convierta en realidad, y ayudar así a
erradicar la pobreza y avanzar hacia el desarrollo sostenible y la prosperidad
mundial. Reconocemos que las actividades que vienen realizando los países en torno
a cuestiones más amplias relacionadas con la energía revisten gran importancia y
reciben atención prioritaria en consonancia con los problemas, las capacidades y las
circunstancias de cada país, incluida su matriz energética.
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