197. Reafirmamos el valor intrínseco de la diversidad biológica, así como los
valores ecológicos, genéticos, sociales, económicos, científicos, educativos,
culturales, recreativos y estéticos de la diversidad biológica y el papel primordial
que desempeña en el mantenimiento de ecosistemas que prestan servicios
esenciales, que son bases fundamentales para el desarrollo sostenible y el bienestar
humano. Reconocemos la gravedad de la pérdida mundial de biodiversidad y la
degradación de los ecosistemas y ponemos de relieve que socavan el desarrollo
mundial, afectan a la seguridad alimentaria y la nutrición, el abastecimiento de agua
y el acceso al agua, la salud de los pobres del medio rural y de los pueblos de todo
el mundo, incluidas las generaciones presentes y futuras. Esto resalta la importancia
de conservar la biodiversidad, reforzar la conectividad del hábitat y consolidar la
resiliencia de los ecosistemas. Reconocemos que los conocimientos, innovaciones y
prácticas tradicionales de los pueblos indígenas y las comunidades locales aportan
una contribución importante a la conservación y uso sostenible de la biodiversidad y
su aplicación más amplia puede apoyar el bienestar social y los medios de vida
sostenibles. Reconocemos también que los pueblos indígenas y las comunidades
locales a menudo son los que más directamente dependen de la biodiversidad y los
ecosistemas, y por tanto, frecuentemente son los más inmediatamente afectados por
su pérdida y degradación.
198. Reiteramos nuestro compromiso con el logro de los tres objetivos del
Convenio sobre la Diversidad Biológica y pedimos que se emprendan medidas
urgentes para reducir, detener y revertir efectivamente la tarea de pérdida de biodiversidad. En este contexto, afirmamos la importancia de aplicar el Plan
estratégico para la Diversidad Biológica 2011-2020 y conseguir las Metas de Aichi
para la Diversidad Biológica adoptadas por la Conferencia de las Partes en el
Convenio en su décima reunión.
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