k) Mejorar el bienestar de las mujeres, los niños, los jóvenes, las personas
con discapacidad, los pequeños agricultores y los agricultores de subsistencia, los
pescadores y quienes trabajan en empresas pequeñas y medianas, y mejorar los
medios de vida y el empoderamiento de los pobres y los grupos vulnerables, en
particular en los países en desarrollo;
l) Aprovechar al máximo el potencial de las mujeres y los hombres y
asegurar que su contribución se realice en condiciones de igualdad;
m) Promover actividades productivas en los países en desarrollo que
contribuyan a la erradicación de la pobreza;
n) Atender las preocupaciones que suscitan las desigualdades y promover la
inclusión social, incluidos niveles mínimos de protección social;
o) Promover modalidades sostenibles de consumo y producción;
p) Perseverar en el empeño de superar la pobreza y la desigualdad mediante
la adopción de enfoques inclusivos y equitativos del desarrollo.
59. Consideramos que la puesta en marcha de políticas de economía verde por los
países que tratan de aplicarlas a la transición hacia el desarrollo sostenible es una
empresa común, y reconocemos que cada país puede elegir un enfoque apropiado de
conformidad con los planes, estrategias y prioridades nacionales en materia de
desarrollo sostenible.
60. Reconocemos que la economía verde en el contexto del desarrollo sostenible y
la erradicación de la pobreza mejorará nuestra capacidad para gestionar los recursos
naturales de manera sostenible con menos consecuencias negativas para el medio
ambiente, mejorará el aprovechamiento de los recursos y reducirá los desechos.
61. Reconocemos que la adopción de medidas urgentes en relación con las
modalidades insostenibles de producción y consumo, cuando ocurran, sigue siendo
fundamental para ocuparse de la sostenibilidad ambiental y promover la
conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica y los ecosistemas, la
regeneración de los recursos naturales y la promoción de un crecimiento mundial
inclusivo y equitativo.
62. Alentamos a cada país a que considere la posibilidad de implantar políticas de
economía verde en el contexto del desarrollo sostenible y la erradicación de la
pobreza, de manera que se procure impulsar un crecimiento económico y una
creación de empleo sostenidos, inclusivos y equitativos, en particular para las
mujeres, los jóvenes y los pobres. A este respecto, observamos la importancia de
asegurar que los trabajadores adquieran los conocimientos técnicos necesarios,
incluso por medio de la educación y la creación de capacidad, y reciban la
protección social y de la salud que necesitan. A este respecto, alentamos a todos los
interesados, incluidas las empresas y la industria, a que contribuyan, según proceda.
Invitamos a los gobiernos a que mejoren sus conocimientos y su capacidad
estadística en lo que respecta a las tendencias, la evolución y las restricciones en
materia de empleo e incorporen datos pertinentes en las estadísticas nacionales, con
el apoyo de los organismos competentes de las Naciones Unidas conforme a sus
mandatos.
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