domingo, 31 de marzo de 2013

¿Por qué combatir el cambio climático en el sector agropecuario?

¿Cuánto af ectan las actividades del sector agropecuario mexicano al cambio climático (CC)? ¿Cómo af ecta el cambio climático a este sector? ¿Es económicamente conveniente adoptar acciones que reduzcan el impacto de la ganadería y agricultura sobre el cambio climático? Anteriormente se planteó la importancia del sector agropecuario en su contribución al inventario de Gases de Ef ecto Invernadero (GEI) y se identif icaron algunas af ectaciones del CC sobre las actividades primarias. A continuación se siguen brindando elementos que permitan concluir si tiene sentido combatir el cambio climático en el sector agropecuario mexicano. Existe un consenso general que acepta la idea de que el CC ocasionará un incremento en el número e intensidad de los f enómenos naturales. Sólo por mencionar un par de ejemplos de las consecuencias de estos desastres, durante el 2011 y el 2012 se presentó una intensa sequía en la región centro-norte del país, la cual, según diversos reportes, af ectó a cerca de 3 millones de hectáreas, provocó la perdida de por lo menos 70,000 cabezas de ganado y ocasionó daños por 150,000 millones de pesos. Asimismo, en el estado de Tabasco se presentaron severas inundaciones en el 2011 que, según reportes de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), af ectaron más de 342,135 hectáreas de producción agropecuaria y ocasionaron pérdidas y daños por más de 2,610 millones de pesos. Con respecto al sentido económico del combate al CC, el anteriormente citado estudio “La Economía del Cambio Climático en México” ref iere que los costos totales del CC para la economía mexicana al 2050 y el 2100 serán (en f unción de la tasa de descuento que se use) en promedio de 7.55 y 22.13% del PIB, en tanto que los costos de mitigación, con reducciones a 50% del inventario de GEI nacional en el 2002, se ubican en 0.79 y 1.33% del PIB para cada año. En cuanto a los sectores agrícola y pecuario, se menciona que los costos del CC se ubicaran, en promedio, en 1.72 y 0.85% del PIB al 2050, respectivamente; y en 5.28 y 2.54% del PIB al 2100. Observando estas cif ras podemos inf erir que el costo de reducir 50% de emisiones de GEI a nivel nacional con respecto al 2002 es incluso menor que el costo total que acarreará el CC sólo sobre las actividades agropecuarias nacionales. A manera de conclusión podemos observar que el sector agropecuario en México contribuye de manera importante a la producción de GEI y por consiguiente al CC; presenta severas af ectaciones a consecuencia del CC, las cuales conllevan pérdidas, daños y baja de la productividad y es económicamente conveniente mitigar GEI en el sector agropecuario. En virtud de lo anterior se concluye que combatir el CC en el sector agropecuario mexicano tiene sentido.

sábado, 30 de marzo de 2013

Cepal insiste en regulación tributaria ambiental para frenar cambio climático

El jef e de la Unidad de Cambio Climático de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Luis Miguel Galindo, insistió hoy en que los Gobiernos latinoamericanos deben imponer regulaciones f iscales en materia ambiental para f omentar el desarrollo sostenible. En el marco del segundo seminario de Euroclima, una iniciativa europeo-latinoamericana que busca mejorar el conocimiento de los políticos y comunidades sobre el cambio climático, Galindo def endió hoy en Bogotá la necesidad de replantear los patrones de crecimiento asociados a la explotación desmesurada de recursos naturales. "La f orma en la que estamos creciendo hoy es insostenible, necesitamos generar una red de protección social porque seguimos siendo muy débiles ante cualquier evento extremo y me parece que parte del eje de esto está en la política f iscal de la región", explicó en declaraciones a Ef e. Galindo enf atizó así la aplicación de los llamados "impuestos verdes" sobre actividades contaminantes y productoras de emisiones como la industria o el uso del automóvil, tributos sobre el uso de materiales no renovables y el consumo desmesurado de energía, una ref orma que, a la vez, contemple de f orma proporcionada el impacto sobre los consumidores. "La magnitud del reto es pasar de 7 a 2 toneladas (de CO2/año) per cápita si queremos estabilizar el aumento de temperaturas en no más allá de 2 grados centígrados para el 2050", concretó Galindo. Para esta tarea, el jef e de la Unidad de Cambio Climático de la Cepal insistió en la importancia de coordinar políticas públicas que atiendan el f actor ambiental de f orma transversal y en las que es imprescindible implicar a todos los Ministerios de Hacienda de la región. En especial, Galindo resaltó las políticas de desarrollo agrícola, uno de los sectores que más suf re el cambio climático: "En la medida en que la pobreza se ha vuelto rural en América Latina, resulta f undamental hacer una estrategia de desarrollo sostenible que relacione también seguridad alimentaria y seguridad energética". A ello, añadió, se une una "redistribución de la estructura urbana", predominante en América Latina, según él, basada en la reducción de emisiones con el f omento del transporte público o el reajuste del sistema de bajos precios que f omenta un crecimiento desmesurado y contaminante. En este sentido la responsable de Euroclima, Catherine Ghyoot, que prevé una inversión total en el programa de 15 millones de euros (19 millones de dólares) para el periodo 2010-2016, insistió en la importancia de esta estrategia para conseguir el "f ortalecimiento de las capacidades de los Ministerios para poder integrar el cambio climático en las políticas de desarrollo sostenible". El segundo seminario de Euroclima, inaugurado hoy en Bogotá, contará con tres días de debates y discusiones alrededor de los impactos del cambio climático sobre las economías, comunidades y ecosistemas actuales y concluirá el miércoles con una plenaria donde más de cincuenta expertos expondrán sus conclusiones.

viernes, 29 de marzo de 2013

Apocalipsis antibióticos: "Es una amenaza más grave que el cambio climático"

La elevada prescripción médica de antibióticos, su consumo irresponsable por parte de la población y su utilización en las granjas para acelerar el engorde de los animales, son las principales causas de la resistencia genética que estamos desarrollando a estos medicamentos. Las autoridades sanitarias británicas y norteamericanas han alertado sobre esta “catastróf ica amenaza”, cuyas consecuencias económicas y riesgos para la salud a medio plazo se han comparado con el terrorismo bacteriológico y el cambio climático. El último inf orme anual sobre el sistema sanitario británico, presentado ayer por la directora general de Salud Sally Davies, se ha centrado íntegramente en el riesgo sanitario para la población y los problemas f inancieros para el sistema nacional de Salud que supone la creciente resistencia de los microorganismos a los f ármacos. Un problema que está detrás del incremento de las infecciones hospitalarias, con especial incidencia de bacterias como la E. coli o la Klebesiella. Otras menos f recuentes hasta la f echa, pero que ya se conocen como superbacterias (NDM-1, MRSA, MDRTB, C dif f ), están llamadas a convertir en intratables ciertas inf ecciones comunes. El pasado año f allecieron 5.000 británicos por inf ecciones hospitalarias, aunque solo la mitad f ueron causadas por bacterias resistentes a los medicamentos. En el texto se incluye una serie de medidas urgentes como son la restricción de las prescripciones masivas de antibióticos y la inversión en I+D para desarrollar una nueva generación de antibióticos. “Si no gestionamos bien esta amenaza, en dos décadas tendremos un sistema de salud similar al que teníamos a principios del siglo XIX porque una simple operación de cirugía menor provocará inf ecciones incurables que causarán la muerte de los pacientes”, advirtió Davies. 
Partenariado público-privado para el desarrollo de fármacos La directora general británica de Salud no solo ha querido poner este problema sobre la mesa del primer ministro David Cameron para que se coordinen dif erentes ministerios, sino que también hizo un llamamiento a la comunidad internacional: “Tenemos que reaccionar con celeridad y empezar por elaborar un registro con los principales riesgos para determinar cómo combatirlos”. Una estrategia en la que debe ocupar un lugar central la industria f armacéutica, que no ha presentado nuevos avances científ icos relacionados con los antibióticos desde 1987.Las denominadas superbacterias convertirán en intratables las inf ecciones comunes La razón del inmovilismo de las compañías f armacéuticas no es otra que la económica. La propia directora general de Salud reconoce que actualmente no hay la suficiente demanda ni mercado para desarrollar nuevos antibióticos. “Estos f ármacos se consumen menos porque se limitan a los tratamientos de pocos días, mientras que los f ármacos para tratar la presión arterial, por ejemplo, se utilizan durante toda la vida, por lo que la industria pref iere orientar su I+D hacia este tipo de medicamentos”, apunta la británica. Para hacer f rente a las reticencias de la industria, Davies propone impulsar una colaboración públicoprivada, aunque no descarta la posibilidad de que f inalmente “debamos desarrollar nuevos tipos de antibióticos de f orma 100% pública”. Como ejemplo a seguir ha citado la Iniciativa de Medicamentos Innovadores (IMI); un programa con capital público y privado impulsado por la UE y la Federación de las Industrias y Asociaciones Farmacéuticas (EFPIA). Con más de 2.000 millones de euros de presupuesto, sus principales objetivos son f omentar los nuevos descubrimientos f armacológicos de f orma ágil, desarrollar mejores medicamentos para los pacientes y propiciar la competitividad en Europa, asegurando así que el sector biof armacéutico sea dinámico y cuente con la tecnología necesaria para ello. 
Uso descontrolado de fármacos en la industria alimentaria La resistencia a los antibióticos y la trasmisión de enf ermedades inf ecciosas se ha convertido en los últimos años en uno de los principales quebraderos de cabeza de la Society f or General Microbiology. Numerosos estudios científ icos llevan años analizando el desarrollo de patógenos resistentes a los antibióticos. Muchos de ellos han asociado este f enómeno con el uso descontrolado de estos f ármacos en el ganado, tanto para tratar enfermedades como para acelerar su crecimiento.Si no gestionamos bien esta amenaza, en dos décadas tendremos un sistema de salud similar al que teníamos a principios del siglo XIX Una de las investigaciones más recientes f ue publicada el pasado mes de f ebrero en la prestigiosa revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS). En el estudio, titulado Diverse and abundant antibiotic resistance genes in Chinese swine farms, se concluía que “el uso de antibióticos en granjas está asociado directamente con la transf erencia de bacterias resistentes a los mismos de animales a humanos”. La abundancia de los denominados ARG (genes resistentes a antibióticos) “aumenta la probabilidad estadística de que se dispersen, surjan nuevas mutaciones y se produzca una transf erencia horizontal en el ambiente”, añade el estudio. Y es que solo en EEUU, la industria alimentaria está empleando el 73% de los antibióticos que se comercializan en el país. La especialista en enf ermedades inf ecciosas y prof esora en Dartmouth's Geisel School of Medicine Jessica Lahey lleva años alertando sobre las consecuencias del consumo indiscriminado de antibióticos, principalmente por parte de los niños. Es por eso que apela a la responsabilidad no solo de médicos, sino de los padres que intentan curar los resfriados de sus hijos con antibióticos, cuando “la mayoría de ellos no son causados por virus”. 
Pautas básicas para no sobremedicar a los niños A la larga, “se produce un daño enorme para la salud”, mientras el número de enf ermedades inf ecciosas resistentes a los f ármacos va en aumento, especialmente las de trasmisión sexual. Para evitar el consumo innecesario de antibióticos, Lahey propone cuatro pautas básicas que los padres deberían tener siempre en cuenta para proteger a sus hijos. -Los antibióticos no están indicados para tratar resfriados o bronquitis, aunque duren más de dos semanas. En estos casos no se deben consumir, a no ser que existan indicios de neumonía. -Las infecciones de oído y la sinusitis no siempre requieren un tratamiento a base de estos f ármacos. Hay que insistir al médico para que se asegure de la gravedad de los síntomas antes de prescribir antibióticos. -Las neumonías, que sí deben tratarse con antibióticos, no siempre se diagnostican adecuadamente. La simple exploración f ísica no basta, por lo que se debe pedir siempre una radiograf ía de tórax para determinar realmente si se trata de una neumonía antes de tomar antobióticos. -Finalmente, y siempre que el pediatra o especialista recete antibióticos al niño, hay que preguntarle el porqué de dicha prescripción.

jueves, 28 de marzo de 2013

El 46,6% de la flora andina está en peligro

El Libro Rojo de la f lora andina boliviana advierte de que 158 de 339 especies están en peligro, es decir el 46,6 por ciento de ellas. La investigación, presentada recientemente, tuvo como objetivo la elaboración de una lista de plantas amenazadas, representativa de las dif erentes unidades biogeográf icas y ecosistémicas, para proporcionar inf ormación necesaria para la conservación y gestión de las especies, de la zona andina de del país. LA PAZ. La yaretá es muy común en regiones áridas como los lípez de Potosí o el Parque Avaroa. Las causas son su uso como combustible, la mano del hombre y el cambio climático. El Libro Rojo de la f lora andina boliviana advierte de que 158 de 339 especies están en peligro, es decir el 46,6 por ciento de ellas. La investigación, presentada recientemente, tuvo como objetivo la elaboración de una lista de plantas amenazadas, representativa de las dif erentes unidades biogeográf icas y ecosistémicas, para proporcionar inf ormación necesaria para la conservación y gestión de las especies, de la zona andina de del país. Como ejemplos se pueden citar al árbol de queñua, la ñaka thola y la yareta, estos últimos usados como combustible para los f ogones de las f amilias pobres. CASOS críticos y ESPECIES desconocidas. El agrónomo e investigador Wanderley Ferreira, miembro del equipo técnico que realizó el estudio, en una entrevista concedida al periódico digital del PIEB, señaló que de las 339 especies evaluadas, 24 se encuentran en peligro crítico (CR); 134 en situación de peligro (EN); 132 se encuentran vulnerables (VU); y 22 son casi amenazadas (NT). Existen otras 27 especies cuyos datos son insuf icientes (DD). El estudio f ue desarrollado durante 2011 y sistematizado el año pasado por un equipo técnico interdepartamental, que además contó con el apoyo de al menos 50 prof esionales. “Este instrumento aportará a la implementación de planes de manejo y conservación de la biodiversidad, y contribuirá al desarrollo y la calidad de vida de los bolivianos”. La metodología empleada consideró la situación actual de la f lora andina, como las amenazas, el nivel de conservación general, la población vegetal, el estado del hábitat, su distribución geográf ica, así como aspectos intrínsecos de la especie, como dispersión, reproducción, crecimiento, valor ecológico, valor crítico de uso Y la categoría de conservación. muchas por estudiar. Según Ferreira, debido a que el trabajo contempla sólo a la f lora amenazada de la zona andina, aún se debe continuar el estudio en los años sucesivos para analizar también las amenazas y estado actual de la diversidad de la f lora en las tierras bajas. "Aún f altan evaluar y categorizar numerosos grupos botánicos". El alcance geográf ico de la investigación toma en cuenta las áreas andinas del norte al sur del país. Los investigadores tuvieron que recorrer desde el conjunto montañoso occidental, que comprende la cordillera occidental, la cordillera oriental y el altiplano, hasta su límite hacia en el este que se alínea con las serranías y llanos orientales de la amazonia beniana, por la Chiquitania cruceña, hasta llegar al Chaco boliviano. Un conjunto de instituciones y entidades posibilitaron esta labor, como el Ministerio de Medio Ambiente y Agua, el Herbario Nacional de Bolivia, el Herbario del Sur, el Herbario Regional Andino, el Museo de Historia Natural y el Herbario Forestal Nacinal, entre otros. El libro, de casi 600 páginas, tiene cinco capítulos, bibliograf ía, glosario, índice de nombres científ icos, f otograf ías de las especies, f ichas técnicas de las dif erentes variedades, así como mapas biogeográf icos, entre otros datos. Ecoportal.net

miércoles, 27 de marzo de 2013

El cambio climático exige una respuesta internacional, basada en un entendimiento común de los objetivos a largo plazo y en un acuerdo sobre marcos de acción

Muchos países y regiones ya están tomando medidas: la UE, California y China figuran entre los que tienen las más ambiciosas políticas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. El Convenio de la ONU sobre Cambio Climático y el Protocolo de Kioto ofrecen una base para la cooperación internacional, junto con una serie de asociaciones y otros enfoques. 
Pero ahora se requieren medidas más ambiciosas en todo el mundo. Al afrontar diversas circunstancias, los países harán uso de distintos enfoques para hacer su contribución al cambio climático. Pero las acciones emprendidas por los países a título individual no es suficente. Cada país, por muy grande que sea, es sólo parte del problema. Es fundamental crear una visión internacional compartida de los objetivos a largo plazo, y construir marcos internacionales que ayuden a cada país a desempeñar el papel que le corresponde en los esfuerzos por lograr estos objetivos comunes. Los principales elementos de futuros marcos internacionales deberían incluir: Comercio de emisiones: 
La expansión y vinculación del creciente número de sistemas de comercio de emisiones en el mundo es una poderosa manera de fomentar reducciones de emisiones rentables y de promover acciones en países en desarrollo; La fijación de objetivos firmes en países ricos podría generar flujos por valor de decenas de billones anuales para apoyar la transición a alternativas de desarrollo bajas en carbono. Cooperación tecnológica: La coordinación informal además de acuerdos formales puede aumentar la efectividad de inversiones en innovación en todo el mundo. 
En el ámbito global, el apoyo a la I+D energética debería doblarse, como mínimo, y el apoyo al despliegue de nuevas tecnologías bajas en carbono debería multiplicarse por cinco. La cooperación internacional sobre normas de producto es una poderosa manera de impulsar la eficiencia energética. Medidas para reducir la deforestación: La pérdida de bosques naturales en todo el mundo contribuye más a las emisiones globales anuales que el sector de transportes. La detención de la deforestación sería una manera altamente rentable de reducir las emisiones; podrían ponerse en marcha muy rápidamente programas piloto internacionales a gran escala con el fin de investigar la mejor forma de detener la deforestación. Adaptación: Los países más pobres son los más vulnerables al cambio climático. Es esencial que el cambio climático se integre plenamente en la política de desarrollo, y que los países ricos honren sus promesas de aumento de apoyo a través de la ayuda al desarrollo internacional. Los fondos internacionales también deberían apoyar una mejor transmisión de datos regionales sobre impactos del cambio climático, así como trabajos investigativos en relación con nuevas variedades de cultivos más resistentes a las sequías y las inundaciones.

martes, 26 de marzo de 2013

Existe una serie de opciones para reducir las emisiones; se requieren medidas enérgicas y decisivas para estimular su acogida

Las emisiones pueden reducirse mediante una mayor eficiencia energética, modificaciones de la demanda, y la adopción de tecnologías de energía limpia, calor y transporte. El sector energético de todas las regiones del mundo tendría que llegar a una "decarbonización" de un 60% como mínimo en 2050 para que las concentraciones atmosféricas se estabilizaran en 550ppm CO2e, o menos, y también serán necesarias grandes reducciones de emisiones en el sector de transportes. Aun con una expansión muy fuerte del uso de energías renovables y otras fuentes de energía bajas en carbono, los combustibles fósiles podrían representar más de la mitad del suministro global de energía en 2050. El carbón seguirá desempeñando un papel importante en la mezcla energética de todo el mundo, incluyendo las economías de rápido crecimiento. La captura y almacenamiento de carbono a gran escala será necesario para permitir el uso continuado de combustibles fósiles sin dañar la atmósfera. También es imprescindible lograr reducciones no energéticas, por ejemplo, por medio de la deforestación y de procesos agrícolas e industriales. 
A través de opciones políticas enérgicas y decisivas, será posible reducir las emisiones, tanto en las economías desarrolladas como en las que están en desarrollo, al nivel necesario para la estabilización en el rango requerido, manteniendo a la vez un crecimiento continuado. El cambio climático constituye el mayor fracaso del mercado jamás visto en el mundo, e interactúa con otras imperfecciones del mercado. Tienen que formularse tres elementos de política para una respuesta global efectiva. El primero es la fijación del precio del carbono, aplicada a través de impuestos, comercio de emisiones o regulación. El segundo se refiere a una política que apoye la innovación y el despliegue de tecnologías bajas en carbono. Y el tercero se refiere a medidas para eliminar las barreras a la eficiencia energética, y para informar, educar y persuadir a las personas acerca de lo que pueden hacer para responder al cambio climático.

lunes, 25 de marzo de 2013

Se requieren medidas sobre cambio climático en todos los países, y estas medidas no tienen por qué frustrar las aspiraciones de crecimiento de países ricos o pobres

Los costes de tomar medidas no están distribuidas igualmente en los sectores o en el mundo. Aun si los países ricos asumen la responsabilidad de reducciones absolutas en emisiones de un 60-80% en 2050, los países en desarrollo deben tomar medidas importantes también. Pero no se debería pedir a los países en desarrollo que asuman la totalidad de los costes de estas medidas por sí mismos, y no tendrán que hacerlo. Los mercados de carbono de países ricos ya están empezando a proporcionar flujos financieros para apoyar el desarrollo de tecnologías bajas en carbono, a través del Mecanismo de Desarrollo Limpio, entre otros. Ahora se precisa una transformación de estos flujos para apoyar acciones al nivel requerido. Las medidas sobre cambio climático también crearán importantes oportunidades empresariales, a medida que se crean nuevos mercados de tecnologías bajas en carbono y de otros bienes y servicios bajos en carbono. Estos mercados podrían llegar a valer cientos de billones de dólares anuales, y el empleo en estos sectores crecerá en consecuencia. El mundo no está obligado a elegir entre evitar el cambio climático o promover el crecimiento y desarrollo. Los cambios habidos en las tecnologías energéticas y en la estructura de las economías han creado oportunidades para desvincular el crecimiento de las emisiones de gases de efecto invernadero. De hecho, el hacer caso omiso del cambio climático llegará, con el tiempo, a perjudicar el crecimiento económico. La lucha contra el cambio climático es una estrategia que favorece el crecimiento a más largo plazo, y se puede hacer de manera que no limite las aspiraciones de crecimiento de países ricos o pobres.

domingo, 24 de marzo de 2013

Los costes de la estabilización del clima son considerables pero manejables; una demora sería peligrosa y mucho más costosa

Los riesgos de los peores impactos del cambio climático pueden reducirse sustancialmente si se consigue estabilizar los niveles de gases de efecto invernadero en la atmósfera en el equivalente (CO2e) de entre 450 y 550ppm CO2. El nivel actual es de 430ppm CO2e, y está aumentando a más de 2ppm cada año. Una estabilización en este rango requeriría que las emisiones estuvieran por lo menos un 25% por debajo de los niveles actuales en el año 2050, y tal vez mucho más. 
En última instancia, sea cuál sea el nivel de la estabilización, las emisiones anuales deberán reducirse a más de un 80% por debajo de los niveles actuales. Esto constituye un reto importante, pero una acción sostenida a largo plazo puede lograrlo a unos costes que resulten bajos en comparación con los riesgos de la inacción. Las estimaciones centrales de los costes anuales de lograr una estabilización de entre 500 y 550ppm CO2e se sitúan en un 1% del PIB global, en el supuesto de comenzar a tomar medidas enérgicas ahora. Los costes podrían ser aún más bajos si hubiera avances significativos en eficiencia, o si se midieran los importantes cobeneficios, por ejemplo, de una menor contaminación del aire. 
Los costes serán más elevados si la innovación de las tecnologías bajas en carbono se retrasa más de lo previsto, o si los formuladores de políticas no logran aprovechar al máximo aquellos instrumentos económicos que permitan una reducción de emisiones, en el momento, lugar, y modo en que resulta más barato hacerlo. Ya sería muy difícil y costoso intentar alcanzar una estabilización a 450ppm CO2e. Si nos demoramos, puede que se pierda la oportunidad de lograr una estabilización a 500- 550ppm CO2e.

sábado, 23 de marzo de 2013

El cambio climático podría tener impactos muy graves en el crecimiento y en el desarrollo

Si no se toman medidas para reducir las emisiones, la concentración de emisiones de gases de efecto invernadero en la atmósfera podría alcanzar el doble de su nivel preindustrial tan pronto como el año 2035, comprométiendonos prácticamente con un aumento medio global de temperatura de más de 2º C. A más largo plazo, habría más de un 50% de probabilidades de que el aumento de temperatura superara los 5º C. Un aumento de esta índole sería extremadamente peligroso; equivale al cambio producido en las temperaturas medias desde la última edad del hielo hasta hoy. 
Un cambio tan radical en la geografía física del mundo tiene que dar lugar a importantes cambios en la geografía humana - dónde viven las personas y cómo viven su vida. Incluso a niveles de calentamiento más moderados, todos los indicios - desde estudios detallados de los impactos regionales y sectoriales de patrones meteorológicos cambiantes hasta modelos económicos de los efectos globales - apuntan a que el cambio climático producirá grandes impactos en la producción mundial, en la vida humana y en el medio ambiente. Todos los países serán afectados. Los más vulnerables - los países y poblaciones más pobres - sufrirán antes y más intensamente, aun cuando sean los que menos hayan contribuido a las causas del cambio climático. Los costes de las condiciones meteorológicas extremas, incluidas las inundaciones, las sequías y las tormentas, ya están aumentando, incluso para los países ricos. La adaptación al cambio climático - es decir, la toma de medidas para crear resistencia y minimizar los costes - es imprescindible. Ya no es posible impedir el cambio climático que tendrá lugar a lo largo de las próximas dos o tres décadas, pero aún es posible proteger en cierta medida nuestras sociedades y economías contra sus impactos - por ejemplo, proporcionando mejor información, mejor planificación, así como cultivos e infraestructura más resistentes al clima. La adaptación costará decenas de billones de dólares al año tan sólo en los países en desarrollo, y ejercerá más presiones sobre recursos ya de por sí escasos. Debería acelerarse el trabajo de adaptación, especialmente en los países en desarrollo.

viernes, 22 de marzo de 2013

INFORME STERN: La Economía del Cambio Climático

Aún queda tiempo para evitar los peores impactos del cambio climático, si emprendemos acciones enérgicas ahora La evidencia científica en estos momentos es abrumadora: el cambio climático constituye una grave amenaza global, y exige una respuesta global urgente. Este Informe ha evaluado una extensa serie de pruebas de los impactos del cambio climático y de los costes económicos, y ha utilizado varias técnicas diferentes para evaluar los costes y los riesgos. Desde todas estas perspectivas, la evidencia recopilada en el Informe llega a una sencilla conclusión: los beneficios de acciones enérgicas y tempranas superan con creces los costes económicos de la inacción. 
El cambio climático afectará los elementos básicos de la vida de personas de todas partes del mundo - el acceso al agua, la producción de alimentos, la sanidad, y el medio ambiente. Cientos de millones de personas podrían sufrir hambre, escasez de agua e inundaciones costeras a medida que se calienta el planeta. Utilizando los resultados de modelos económicos anteriores, el Informe estima que si no actuamos, los costes globales y los riesgos del cambio climático equivaldrán a la pérdida de al menos un 5% del PIB global anual, ahora y siempre. Teniendo en cuenta una mayor diversidad de riesgos e impactos, las estimaciones de los daños podrían alcanzar un 20% o más del PIB. Por contra, los costes de acciones pertinentes - reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero para evitar los peores impactos del cambio climático - pueden limitarse a alrededor de un 1% del PIB global anual. Las inversiones que se hagan en los próximos 10 a 20 años tendrán profundos efectos en el clima durante la segunda mitad de este siglo y en el siguiente. Lo que hagamos ahora y a lo largo de las próximas décadas podría plantear riesgos de grandes alteraciones en la actividad económica y social, a un nivel similar a los riesgos asociados con las grandes guerras y la depresión económica de la primera mitad del siglo XX. Y será difícil o imposible invertir estos cambios. Así que la toma de prontas y enérgicas medidas está claramente justificada. Dado que el cambio climático es un problema global, la respuesta ante el mismo debe ser internacional. Debe basarse en una visión compartida de los objetivos y en acuerdos sobre marcos que aceleren las acciones a lo largo de la próxima década; y debe inspirarse en enfoques que se refuercen mutuamente a nivel nacional, regional e internacional.

jueves, 21 de marzo de 2013

Cambio climático afectaría altura de las olas

El tamaño promedio de las olas aumentará en muchas partes del hemisf erio Sur durante el siglo XXI, pero disminuirá en el Norte, según un estudio internacional sobre el impacto del cambio climático en la actividad de los océanos. El estudio, publicado en Nature Climate Change el mes pasado (13 de enero), predice un incremento en la altura de las olas de entre 20 y 30 centímetros en un área que cubre por lo menos el siete % de la superf icie de los océanos del mundo. Esto se debe a la intensif icación de los desplazamientos de los vientos del oeste en el hemisf erio sur, como resultado del cambio climático. La Antártida, Australia, Indonesia y Papúa Nueva Guinea son los cuatro lugares que los científ icos creen serán los más af ectados. No obstante, también predicen un descenso en la altura de las olas en una cuarta parte del área de los océanos del mundo, especialmente en el hemisf erio norte, con impactos potenciales de largo alcance. “El descenso en la altura de las olas en los océanos del Norte es una buena noticia para la industria pesquera de allí, porque las aguas estarán más tranquilas”, dice Nobuhito Mori, prof esor asociado de la Universidad de Kioto, Japón, y coautor del estudio. Sin embargo, lo opuesto le ocurriría a la pesca en el Sur, debido a que olas más grandes podrían hacer las condiciones más dif íciles, añade Mori. Advierte que la industria de las algas marinas también podría verse af ectada, debido a que las olas más grandes son perjudiciales para las algas y evitan el establecimiento de las plantas. Las olas más grandes en el Sur también podrían af ectar los arrecif es de coral y traer cambios en la morf ología costera, “debido a que los sedimentos costeros son inf luenciados por la altura de las olas”. John Pariwono, científ ico marino del Instituto Agrícola de Bogor, Indonesia, concuerda en que el aumento de la altura de las olas podría af ectar a los arrecif es. “Olas más grandes podrían disminuir la intensidad de la luz del sol para los arrecif es coralinos, lo que no es bueno para ellos”, af irma. Pariwono cree que si el tamaño de las olas aumenta como se ha predicho, perjudicaría la pesca en el Sur, siendo los pescadores tradicionales el grupo más propenso a ser af ectado. Las comunidades costeras de Indonesia y Papúa Nueva Guinea están entre las más pobres del mundo y dependen en gran medida del océano para su supervivencia. Un inf orme del Departamento de Estado de los EE.UU. estima que las pesquerías costeras de Indonesia han crecido en un 40 % en los últimos diez años y que la pesca genera alrededor del 20 % de la economía del país. “Deben cambiar la manera en que usan los recursos para sobrevivir”, subraya Pariwono. “En el f uturo, podrían recurrir más a la acuicultura”.

miércoles, 20 de marzo de 2013

NASA advierte: El Ártico enverdece por el cambio climático

De los 10 millones de millas cuadradas (26 millones de kilómetros cuadrados) de tierras con vegetación del norte, de 34 a 41 por ciento mostró un aumento en el crecimiento de las plantas (verde y azul), 3 a 5 por ciento de disminución en el crecimiento de las plantas (naranja y rojo), y 51 a 62 por ciento sin cambios (amarillo) en los últimos 30 años, según un nuevo estudio. Las temperaturas altas y una temporada de crecimiento más largo signif ica que algunas de las regiones más f rías de la Tierra parecen cada vez más verdes, dicen los investigadores. Hoy en día, la vida de las plantas en las latitudes del norte se asemeja a la vegetación se han observado los investigadores 430 millas (700 kilómetros) más al sur en el año 1982, según un nuevo estudio. "Es como si la ciudad canadiense de Winnipeg, Manitoba, se mudaran a la cuidad estadounidense Minneapolis-Saint Paul en sólo 30 años", dijo el investigador del estudio Compton Tucker del Goddard Space Flight Center de NASA en Greenbelt, Maryland, en un comunicado.

martes, 19 de marzo de 2013

¿La importancia del cambio climático para América Latina?

Si bien el benef icio es obvio y su alcance mundial, no solo regional, lo cierto es que el combatir esta problemática puede impactar positiva o negativamente la economía de la zona, como reveló un análisis del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), queapunta que los daños causados por el cambio climático podrían costar a los países latinoamericanos y caribeños unos 100,000 millones de dólares anuales para el 2050, esto si las temperaturas promedio suben 2 grados Celsius desde los niveles preindustriales. La región produce sólo el 11% de las emisiones globales de gases de ef ecto invernadero, pero es considerada especialmente vulnerable a los impactos del cambio climático debido a su ubicación geográf ica y su dependencia de los recursos naturales, dijo el inf orme encargado por el BID.

lunes, 18 de marzo de 2013

Cuidar el planeta, una oportunidad de negocio

Ante el reto ambiental no solo los gobiernos tienes retos importantes, sino también las empresas de la Iniciativa Privada, cuyas oportunidades de crecimiento no están peleadas con el cuidado medioambiental, sino todo lo contrario. Así, tener mayor acceso a crédito, acciones más caras en Bolsa y una mayor penetración en mercados como el europeo, cuya regulación es restrictiva respecto al cambio climático, son algunas de las oportunidades que encuentran las empresas latinoamericanas tras integrar el desarrollo sostenible en su estrategia de negocio. Por ejemplo, señaló Lópes en entrevista previa para AltoNivel.com.mx, que "para las empresas del sector energético, la transparencia y la gestión de emisiones es muy importante, f unciona como un driver de inversión”, y que el Global 500, que incluye a las 500 corporaciones más grandes del mundo, demuestra una correlación entre el desempeño de las compañías en la Bolsa y su reporte de inf ormación sobre cambio climático; es decir, las investigaciones demuestran que aquéllas que reportan tienen un mejor comportamiento en la Bolsa. Por otro lado, el concepto de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) cada vez más se coloca en el centro de la estrategia de crecimiento de la mayoría de las grandes empresas. Actualmente combinar los benef icios económicos, sociales y ambientales se ha convertido en un punto imprescindible y más rentable que buscar exclusivamente el incremento de las ganancias. El bienestar de los "stakeholders" –clientes, empleados, medio ambiente y accionistas-, ya supera en importancia al del "shareholder" –accionista- por sí solo. Por ello, en países como España el 95% de las empresas líderes cuenta con un Plan de Ecoef iciencia y el 100% con uno de gestión de gases con ef ecto invernadero (GEI). Mientras tanto, en naciones como México o Brasil se han creado índices bursátiles de empresas sostenibles, como el Novo Mercado o el Índice de Sostenibilidad de la Bolsa Mexicana de Valores. En este sentido, diversas empresas han generado estrategias de RSE que han benef iciado sus esquemas de negocios,

domingo, 17 de marzo de 2013

Latam participará en consulta vs. cambio climático

Con ocupación de solamente 2% de la superf icie de la Tierra y más del 50% de la población mundial, las ciudades enf rentan hoy un gran desaf ío para transf ormarse en economías de bajo carbono, y la región latinoamericana no está exenta de este reto. Si bien los f ocos de alerta se han encendido en los últimos meses ante la posibilidad de que no se alcancen los objetivos mundiales contra el cambio climático -lograr que la temperatura no suba más allá de 2 grados Celsius, según el acuerdo de más de 200 países-, la inf ormación sobre qué se hace y sus resultados son una parte f undamental para combatir este problema internacional. “Es muy importante que las ciudades compartan sus datos sobre emisiones de gases de efectos invernaderos y sobre sus acciones con relación a recursos naturales, como el agua, por ejemplo”, destaca Juliana Lopes, directora para Latinoamérica de la organización no gubernamental CDP. En este sentido, la ONG británica realiza su cuestionario CDP Cities, cuyos resultados serán dados a conocer en junio de este año, para el cual ha invitado a participar a más de 30 ciudades latinoamericanas. Con esta iniciativa de la ONG británica CDP (Carbon Disclosure Project), que trabaja para evitar los cambios climáticos y para proteger los recursos naturales a través de la asignación ef iciente del capital, se reunirán datos sobre las emisiones de gases de ef ecto invernadero, acciones de mitigación y adaptación a los cambios del clima en las mayores ciudades del mundo. “El CDP Cities of rece una herramienta para que las ciudades divulgen y, al mismo tiempo, comprendan los riesgos y oportunidades que vienen con los cambios del clima para los ciudadanos y para los negocios locales", menciona la direcitva de esta ONG. Además, agrega, "muchos inversionistas y empresarios ya ven la importancia f inanciera del análisis de inf ormaciones de cómo las ciudades se preparan y luchan contra los ef ectos de estos cambios. Para la región, compartir datos con proyectos de alcance global como el CDP Cities es f undamental”. En el estudio de 2012, en el que participaron 73 ciudades de todo el mundo, se encontró que 82% de las ciudades identif ican un potencial de crecimiento económico como resultado del combate y las adaptaciones provocadas por los cambios climáticos. Aunado a esto se determinó que más de la mitad de las ciudades que contestó al cuestionario relata que identif icaba oportunidades en la creación de empleos verdes y en nuevas iniciativas de negocios. Entre las ciudades invitadas por CDP se encuentran la capital mexicana, Guadalajara, Puebla y Monterrey; las urbes argentina de Buenos Aires y la chilena de Santiago; las colombianas Barranquilla, Cali, Medellín y Bogotá; así como las ecuatorianas Guayaquil y Quito. También participarán la paraguaya Asunción, la peruana Lima, la salvadoreña San Salvador, la uruguaya Montevideo y las venezolanas Caracas y Maracaibo; además de 12 ciudades brasileñas. El plazo para entregar las respuestas se cierra en el 28 de marzo. Además de las latinoamericanas, f ueran invitadas ciudades de todo el mundo. En total, son 240 ciudades, la gran mayoría seleccionada por criterios de mayor población, las que participarán en este programa que provee un sistema global para que las compañías y ciudades midan, dif undan, administren y compartan datos vitales sobre el medioambiente. El objetivo de esta iniciativa es aumentar la participación de 50 a 80 empresas en 2013 e incluso desarrollar estrategias sectoriales, pues actualmente la participación de compañías energéticas y mineras ha cobrado un mayor impulso. Entre las empresas 100% mexicanas o establecidas en México que respondieron el cuestionario de CDP en su edición anterior se encuentran: Grupo Bimbo, WalMex, Cemex, Femsa y Banorte, entre algunas otras. La organización británica aclara que cualquier ciudad, o empresa, puede participar y obtener más inf ormación al respecto a través del correo cities@cdproject.net; lo que ayudará a ref orzar este proyecto que ha conseguido f ormar el mayor banco de datos de Latinoamérica sobre cambio climático en empresas que cotizan en las Bolsas de Valores.

sábado, 16 de marzo de 2013

Salvemos a la humanidad de su extinción - IV

Represión 
Las represiones más terribles que ha vivido la humanidad han sido las dirigidas por la “civilización” contra las poblaciones indígenas. En América se realizaron innumerables masacres. En el Perú y Bolivia los españoles entregaban anualmente a los explotadores de las minas, una determinada cantidad de indígenas, al año siguiente volvían a entregarle la misma cantidad. De modo que se estableció un sistema peor que el esclavismo, puesto que al dueño del esclavo no le convenía que su esclavo muriera, del mismo modo que no le convenía que su burro muriera. En el sistema de encomiendas y repartimientos no importaba cuántos indígenas murieran, ya que, si por ejemplo el dueño de la mina recibía 100 indígenas por año y morían 50, al año siguiente le repondrían los 50 que murieron y volvería a recibir 100. De modo que quienes entraban en la mina no volvían a salir sino ya muertos. Por esta razón los indígenas pref erían suicidarse antes que entrar a la mina y las madres mataban a sus hijos para evitarles el suf rimiento. Esa f ue una de las razones del levantamiento de Tupac Amaru, a quien se le castigó haciéndole presenciar las mutilaciones a su esposa y luego se le descuartizó vivo. Ya en la época republicana en Uruguay se invitó amistosamente a los charrúas para masacrarles en la matanza de Salsipuedes. En Estados Unidos f ue f uerte la resistencia contra los invasores que adornaron sus atropellos en las películas de cowboy. En Argentina continuó la guerra contra los nativos aún bajo el presidente Sarmiento que es calif icado como “maestro de las Américas”. Hay un monumento al gran asesino de indígenas, el general Roca. Los mapuches en Chile que consiguieron f irmar un pacto con los españoles, en el que éstos tuvieron que reconocer el derecho a su territorio, f ueron conf rontados con la negativa del gobierno republicano chileno que desconoció ese tratado. Por eso la lucha continúa y los mapuches no se reconocen a sí mismos como chilenos sino como mapuches atacados por los chilenos. En Cuba la rebeldía de los indígenas hizo que los exterminaran y usaran esclavos af ricanos para sustituirlos. El esclavismo al que f ueron sometidos los nativos af ricanos, las matanzas en Asia y Oceanía, son parte de esa represión “civilizada”. A los indígenas de América se les aplastó, pero por lo menos continuaron viviendo y muriendo en la tierra de nuestros ancestros, mientras que a los indígenas af ricanos se les arrancó de su tierra y se les mezcló con otros esclavos de modo que ni siquiera pudiesen mantener su lengua. Los esclavos af ricanos realizaron cientos de rebeliones en América. En Haití se realizó la primera revolución de independencia en América Latina. Los opresores de todo el mundo, incluyendo quienes luchaban por la independencia de sus países, aislaron y/o atacaron Haití. Ni Bolívar, quien había recibido ayuda de Haití,le retribuyó esa ayuda. Hoy día, por orden de los amos del mundo, Haití está invadida por ejércitos coloniales de la ONU, de los que vergonzosamente f orman parte tropas enviadas por el gobernante indígena de Bolivia. Los esclavos que escapaban f ormaban colectividades que son ejemplo de democracia y solidaridad humana. No hay espacio para continuar enumerando los atropellos de la “civilización” antigua y actual contra los indígenas. Personalmente también suf rí esa represión anti-indígena: Por haber participado en la lucha que abolió la servidumbre f eudal a que estaban sometidos los indígenas peruanos f ui encarcelado y pidieron dos veces la pena de muerte para mí. Fue sólo gracias a la activa solidaridad internacional que no aplicaron la pena de muerte y posteriormente me liberaron. En Estados Unidos Leonard Peltier (“Yo soy toda esa voz india y grito desde millones de tumbas con almas inquietas”) está condenado a dos cadenas perpetuas consecutivas, espero que los ecosocialistas de ese país tomen como una de sus tareas luchar por la liberación de ese ecosocialista indígena. La lucha contra el sistema se extiende En muchos países de América Latina, las poblaciones indígenas y no indígenas luchan f uertemente contra la opresión extractivista de las empresas transnacionales, quienes, apoyados por sus gobiernos sirvientes, atacan la naturaleza en las f ormas señaladas arriba. Af ortunadamente, también en las ciudades hay surgimiento de sociedad colectivista, como es el caso de las f ábricas tomadas por sus trabajadores en Argentina, donde en muchas partes y desde hace muchos años los trabajadores se hicieron dueños de empresas que quebraron sin pagarles. En muchos de los casos la legalidad del sistema ha tenido que reconocer su derecho a convertirse en los propietarios. Ahí los trabajadores f uncionan en f orma estrictamente horizontal, absoluta y verdaderamente democrática. Como son los obreros quienes administran, la f ábrica crece, se necesitan nuevos obreros, éstos no son empleados de los f undadores, tienen los mismos derechos que ellos. Hay muchas otras manif estaciones de rebeldía ante las imposiciones inhumanas del sistema. Por ejemplo, contra la imposición de la alimentación humana en f unción del benef icio de la llamada “industria alimentaria” que sacrif ica la salud de la población para satisf acer la voracidad de ganancia de las empresas, surgen convenios entre cooperativas campesinas que producen en f orma ecológica y grupos de poblaciones urbanas que son conscientes de que deben alimentarse en f orma sana. En Grecia un grupo de jóvenes organizó la venta directa de los campesinos a los consumidores, sin pasar por los supermercados. Hay poblaciones en México que tienen una moneda propia usada para el intercambio interno. Continúa la explosión de los pueblos árabes contra los regímenes despóticos. Como el sistema también está atacando a las poblaciones de los países desarrollados, principalmente para servir a la banca y a las compañías f inancieras, las poblaciones de ellos también protestan, manif estaciones democráticas de este tipo son “l@s indignad@s” de España y “Ocupa Wall Street” en Estados Unidos, así como la batalla internacional europea en varios países el 14 de noviembre pasado. También en esos países vemos luchas en def ensa de la naturaleza, como el movimiento “no al Tav” en el norte de Italia, la cadena humana contra la energía atómica en Alemania, el triunf o del ref erendo en Italia contra la energía atómica y la privatización del agua, la resistencia contra el f racking en Estados Unidos. En Canadá hay procesos muy importantes: Organizaciones ecologistas de ese país impulsaron una movilización internacional contra la minería canadiense el día de Pachamama, 1º de agosto. En diciembre último se inició la movilización de miles de indígenas y quienes les apoyan. Los indígenas se desplegaron por varias ciudades canadienses bajo el lema “Nunca Más Inactivos” (Idle No More). Su lucha es contra la opresión colonial que suf ren y en def ensa del medio ambiente. Volver a nuestras raíces éticas La humanidad está en un dilema: O retorna a su ética primitiva que sobrevive en los pueblos indígenas del mundo o fenece. Retornar a su ética primitiva es volver a la sociedad ecosocialista de amor y respeto a la Madre Naturaleza y de organización horizontal donde todos manden. En ella se extinguirá la sociedad de consumo, que identif ica f elicidad con acumulación egoísta de dinero. Volverá a sentirse la prof unda solidaridad humana, en la que el “otro” deja de ser un competidor para convertirse en “otro yo”. Seremos dif erentes respetando las dif erencias. Desaparecerá el machismo, el racismo y todo tipo de discriminación. La “industria alimentaria” actual tiene el objetivo de lograr que las empresas ganen la mayor cantidad posible de dinero, no importando si sus productos benef ician o no a nuestra salud. Cuando ya no sea el capital el que gobierne, la producción de alimentos tendrá el objetivo de nutrirnos en f orma saludable. Ahora, por la compulsión de la búsqueda de ganancia se gasta gran energía humana en la “publicidad”, el apremio de “compre, compre, compre”. Cuando deje de producirse para la venta, cuando se produzca para el uso, cesará ese desperdicio de energía. El apremio de “vender” lo más posible también hace que las empresas gasten gran energía humana en lograr que los productos sean rápidamente perecibles, para que el usuario se vea obligado a tirar lo que compró y dejó de ser útil y comprar nuevamente. Esto tiene como resultado por una parte el desperdicio de energía humana y por otra la acumulación de basura contaminante del medio ambiente. Cuando el incentivo deje de ser la ganancia, se buscará que los productos duren lo más posible, que haya la menor cantidad de basura posible y que ésta no atente contra la salud de la naturaleza. Retornar a la ética primitiva no significa volver a la vida primitiva. Los científ icos y los técnicos, ahora al servicio de las empresas en búsqueda de ganancia, pasarán a estar al servicio de la humanidad. Ellos nos indicarán de qué ventajas de la civilización podremos seguir disf rutando sin poner en peligro la continuidad de la especie y de cuáles no. Esperamos que la humanidad derrote a los amos del mundo que conducen aceleradamente a la extinción de la especie, que tome en sus manos la conducción de sí misma, se reintegre armoniosamente a la naturaleza y consiga salvarse. (Para la revista ecosocialista de Estados Unidos “Capitalism Nature Socialism")

Salvemos a la humanidad de su extinción - III

Comunidad de comunidades 
El espíritu comunitario se extiende más allá de la comunidad. Conozco tres casos (debe haber más) de comunidad de comunidades: En el norte de Colombia existe el Consejo Regional Indígena del Cauca CRIC, a cuyo 40º aniversario f ui invitado el pasado año (pedir su boletín a prensa@cric-colombia.org). A pesar de la guerra interna que la hace víctima de ataques de los actores de esa guerra, continúa f uerte. Es reconocido por la constitución Colombiana. Está constituido por 115 Cabildos y 11 Asociaciones de Cabildos de los pueblos Totoró, Guanaco, Coconuco, Nasa, Guambiano, Yanacona, Inga y Eperara, agrupados en 9 zonas, cada una de las cuales está representada en la junta directiva. Los 9 representantes de las zonas tienen igual categoría, no hay Presidente ni Secretario General. Luego de 2 años de f unción se cambian totalmente, no hay reelección, pues “todos tenemos cabeza, no existe la persona imprescindible”. Los Kuna de las islas de Panamá cuya rebelión armada de 1929 f ue apaciguada por el reconocimiento constitucional a su derecho de autogobierno. Su institución política f undamental es la gran Casa del Congreso, Onmaked Nega, que f unciona en cada comunidad y constituye un centro deliberativo y ejecutivo. La Casa del Congreso es presidida pero no dominada por los Sailas, líderes de las comunidades. Su organización política ancestral se ha f ortalecido a través de sus Congresos Locales (comunidad) y Generales (comarca), los que, mantienen una f uerte cohesión y conservan el poder de decisión sobre las actividades que se realizan en su territorio y conservan el control sobre la def ensa y convivencia con la naturaleza. El tercer caso que conozco son las comunidades zapatistas de Chiapas, México. A dif erencia de Colombia y Panamá, la constitución mexicana no reconoce la legalidad de su f orma de organización, pero dichas comunidades de comunidades, dirigidas por las denominadas “Juntas de Buen Gobierno”, están resguardadas por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) que las def iende contra el llamado “mal gobierno” de México. Ahí no gobierna, como se cree, el EZLN, las “Juntas de Buen Gobierno” son completamente civiles. Si un miembro del EZLN quiere participar de ellas, previamente debe renunciar al EZLN. La tierra es cultivada colectivamente. Los miembros de las Juntas de Buen Gobierno no ganan sueldo ni lo necesitan, pues les toca su parte de la cosecha. Cuando terminan su período vuelven a trabajar la tierra y otro campesino ocupa su lugar. El 21 de diciembre, señalado por sus antepasados mayas como el comienzo de una nueva época y por los comercializadores como el f in del mundo, más de 40,000 personas marcharon en silencio bajo la lluvia mostrando que existen. Éstos son ejemplos locales de gobiernos ecosocialistas. En alguna parte leí que f elicitaban a los indígenas por su def ensa de la naturaleza y que sólo nos f alta enseñarles socialismo. Creo que en eso es mucho lo que tenemos que aprender de ellos. Sin embargo en Sudamérica no podemos usar el término “ecosocialista” por lo siguiente: Es indudable que en la lucha de liberación de los países sudamericanos, ha signif icado un gran paso el ascenso de los gobiernos de Venezuela, Bolivia y Ecuador, que han desaf iado el poder del imperialismo norteamericano y de las oligarquías nativas. Sin embargo dichos gobierno todavía no han podido desprenderse de la lógica de producción del sistema que ha colocado a nuestros países en el rol de extractores de materias primas al servicio de ellos, ni de la lógica del denominado “desarrollo” que está llevando al abismo a la humanidad. Éstas y otras razones les llevan a enf rentarse contra las poblaciones indígenas. Estos gobiernos se llaman a sí mismos los del “Socialismo del Siglo XXI” Por lo tanto, si le digo ecosocialista a un indígena venezolano, ecuatoriano o boliviano, me contestarán que están luchando contra el “Socialismo del Siglo XXI”: El indígena Yukpa de Venezuela def endiendo sus tierras ancestrales contra el ataque de ganaderos y el ejército gubernamental. El indígena yurakaré de Bolivia me dirá que Evo Morales quiere f avorecer a una empresa brasileña para construir la vía del Tipnis que destruirá su tierra que a la vez es parque nacional de reserva. El indígena ecuatoriano me contestará que está en una f érrea lucha contra Correa que f avorece la depredación de su tierra por las petroleras transnacionales. Por otra parte, si le digo a un Mapuche de Chile que es ecosocialista me contestará que él ha luchado contra el gobierno “socialista” de Bachelet que aplicó la ley de represión anti-mapuche de Pinochet.

viernes, 15 de marzo de 2013

Salvemos a la humanidad de su extinción - II

Indígenas 
El f inal que nos amenaza hace imprescindible mirar con espíritu crítico el transcurrir de la existencia humana, evaluar qué aspectos del avance de la humanidad son positivos y que otros nos conducen a la tumba de la especie. Debemos comenzar examinando nuestros orígenes. Af ortunadamente en muchas partes del mundo existen poblaciones originarias, indígenas, llamadas “salvajes”. Si a esta denominación le quitamos su carga peyorativa, es correcta, signif ica no domesticada, silvestre, natural. Los indígenas son quienes disf rutan menos de las ventajas de la civilización y son atacados f uertemente por ella. Al estudiar esas poblaciones veremos que hay características comunes a ellas, de cualquier lugar que sean, y que por lo tanto dichas características no tienen un carácter étnico, sino cultural primitivo, verdaderamente humano, sin las def ormaciones que trajo consigo la civilización. Los indígenas Nunga de Australia, Dongria Kondh de la India, Bosquimano de Áf rica, Sami de Escandinavia, Attawapiskatde Canadá, Navajo de Estados Unidos, Maya de México, Nasa de Colombia, Mapuche de Chile, Quechua del Perú, pensamos lo mismo: - La naturaleza es nuestra madre, debemos respetarla, quererla y cuidarla. A ese sentimiento ahora se le llama ecológico. - En los asuntos que atañen a la sociedad, es ésta quien debe determinar, no un individuo ni un grupo de ellos. A ese colectivismo ahora se le da diversos nombres: Socialismo, comunismo, anarquismo. - La f elicidad consiste en vivir satisf actoriamente (lo que se ha dado en llamar “el buen vivir”). El indígena no tiene el principio de la sociedad de consumo, el criterio de que la f elicidad la da el dinero y las cosas que se compran con éste. - El indígena es prof undamente solidario. - Respeta las dif erencias, entiende que hay otra gente que viste dif erente y habla dif erente. Los pueblos indígenas se saben dif erentes y se respetan en esa dif erencia. - Enseña a los niños y jóvenes las cosas que sabe, la educación no es un negocio, es tarea de los adultos y ancianos. - La medicina la da la madre naturaleza, no es un negocio, a todos nos conviene que todos estemos sanos. Los pueblos indígenas más primitivos, los más salvajes, los menos contaminados por la civilización, son quienes conservan más vigorosos estos principios. En el Perú es notoria la dif erencia entre los pueblos de la selva más puros y los quechuas y aymaras de la sierra, ya contaminados. Pongo algunos ejemplos: - El indígena serrano hace un cultivo de papas, maíz, o f rejol. El indígena selvático no tiene un cultivo de una planta determinada. Tala una pequeña extensión de selva y planta varias especies juntas, imitando a la naturaleza. Modernamente a este sistema, ecológico por excelencia, se denomina permacultura. Luego de unos años devolverá esa parcela a la selva y talará otra. - El indígena selvático cuando caza un animal de gran tamaño, no lo sala para conservarlo. Llama a los vecinos y la colectividad disf ruta del producto de la caza individual. - Un indígena quechua me dijo en nuestro idioma que los “chunchos” (término quechua despectivo dado al selvático desde la época incaica) eran ociosos y me relató la siguiente anécdota: Un hacendado dijo a un selvático que talara una determinada extensión y que le pagaría un machete. El nativo lo hizo tan bien y tan rápido que el hacendado quedó positivamente impresionado, le pagó el machete y le dijo: “Ahora te of rezco un negocio muy conveniente para ti: Tala la impresionado, le pagó el machete y le dijo: “Ahora te of rezco un negocio muy conveniente para ti: Tala la cuarta parte de lo que talaste y te doy otro machete”. El nativo le miró extrañado y le dijo: “Tengo sólo una mano derecha ¿Para qué necesito dos machetes?” y se f ue. No quería progresar, sólo quería vivir. El quechua que me lo contó lo tomó como “ocioso”. - Hace unos años los selváticos, quienes hablan diversas lenguas se unieron los del norte, centro y sur del Perú en una sola lucha en def ensa de la naturaleza. En la sierra somos sólo quechuas y aymaras y no podemos unirnos. - El indígena amazónico no contaminado no sabe si es domingo o lunes ni le interesa. Sale de su vivienda con su arco y f lechas, si encuentra algo digno de ser cazado lo hace, si encuentra f rutos silvestres útiles los recoge, al pasar por su cultivo recoge algo y si hay arreglos que hacer los hace. Regresa a su vivienda, no le interesa la hora. No sabemos si ha estado paseando o trabajando: Ha estado viviendo. Que los indígenas amazónicos sean menos contaminados que nosotros los quechuas no quiere decir que no conservemos mucho del amor a la naturaleza, del sentido colectivista del “ayllu” o comunidad campesina, del “buen vivir”, de la solidaridad humana, etc. Af ortunadamente el indígena quechua todavía hace rotación de cultivos, un año siembra habas y al año siguiente papas. También a veces hace cultivos asociados, como maíz con leguminosas. No se vanagloria por la cantidad de cosecha que tenga, sino por el número de especies y de variedades que cultiva. Me sentí orgulloso al ver que la revista de los verdes en Francia se llamaba “Pachamama” (“Madre Tierra” en quechua), entendí que era el reconocimiento a nuestro amor y lucha en def ensa de la naturaleza. Escuché que esa palabra es usada comúnmente en Cataluña y también la oí en el Día de la Tierra en San Pablo, Brasil.

Salvemos a la humanidad de su extinción - I

La humanidad, innegablemente, ha obtenido muchas ventajas del avance de la civilización. Sin embargo, hoy, que en nombre del “desarrollo”, el sistema capitalista en su etapa neoliberal, con su feroz ataque a la naturaleza, está conduciéndonos a la extinción de nuestra especie, es necesario hacer una evaluación sobre ese precio a pagar en aras del “progreso”. A las generaciones actuales nos corresponde la tarea de evitar la extinción de la humanidad y a la vez conservar las ventajas de la civilización que no pongan en peligro la supervivencia de nuestra especie. 
Ataque a la naturaleza 
Hablamos de la amenaza de extinción de la especie humana por el f eroz ataque que suf re la naturaleza en general, y por lo tanto la humanidad, por parte del sistema capitalista neoliberal gobernante. El móvil de quienes mandan en las grandes empresas transnacionales que gobiernan el mundo, es cumplir con su sagrado mandamiento: “Cómo ganar más dinero en el menor tiempo posible”.Al acatamiento de este mandato sacrif ican todo, incluyendo la vida de sus descendientes. Esto no depende ni siquiera de la conciencia individual que puedan tener ellos, pues si alguno por amor a sus descendientes renuncia a poner una instalación que perjudique el medio ambiente, vendrá otro que la ponga. Por lo tanto, no se trata de acabar con los grandes capitalistas, sino con el sistema que hace que ellos gobiernen el mundo. Los ataques a la naturaleza son múltiples y cada día mayores. Están siendo exterminadas especies vegetales y animales. Me parece que el ataque más peligroso es el calentamiento global de la atmósf era producido por la emisión de gases de ef ecto invernadero que la calienta en f orma creciente. Antes los amos del mundo negaban su existencia, ahora eso ya es imposible, por lo tanto la ONU impulsa reuniones de los gobiernos de los grandes calentadores del mundo que se realizan repetidas veces, pero en ellas, que constatan que el calentamiento es cada vez mayor, no toman ningún acuerdo para detenerlo, sino para comercializar el tema. El calentamiento produce la disolución de los cascos polares y de los nevados del mundo, hay arroyos que han desaparecido y los ríos están cada vez más delgados. Como sube el nivel del mar, hay islas que han desaparecido, otras y regiones costeras están siendo inundadas. Además el calentamiento provoca alteraciones del clima, inviernos más f ríos, veranos más calientes, huracanes como el Katrina y el Sandy, que al igual que las inundaciones, sequías y otros ef ectos son denominados “desastres naturales” por los medios de comunicación del sistema. Son desastres que no tienen nada de “naturales”, son ef ectos del calentamiento global impulsado por los dueños del mundo. Otro gran ataque son las minas a cielo abierto, poco practicadas en los países desarrollados, los que vuelcan su ejecución sobre las espaldas de sus colonias, los llamados “países del tercer mundo” o “países en desarrollo”. Como cada vez hay menos vetas de metales, hacen explosionar 4 toneladas de roca o tierra para extraer un gramo de oro, envenenando mucha agua con sustancias químicas. Esto, que es nocivo para la naturaleza, es criminal en cabeceras de cuenca, como el proyecto Conga en el Perú que mataría la vida envenenando cinco valles cuyos ríos desembocan en los océanos Pacíf ico y Atlántico. Otro ataque es la agroindustria o industria alimentaria en general, que practica el monocultivo, nocivo para el suelo, usa agroquímicos (f ertilizantes, insecticidas, herbicidas) y nos envenena con transgénicos. Utiliza la más moderna tecnología, no en benef icio del consumidor sino con el objetivo de aumentar los caudales del productor a costa de la salud del consumidor (hay una hormona que cuando se le pone a una vaca, ésta da más leche; esa leche produce cáncer, pero eso no le importa a la compañía productora, lo único que le interesa es que le produce más ganancia). Otro ataque son las centrales hidroeléctricas que arrebatan el agua a los pequeños productores que nos alimentan en f orma sana e inundan viviendas y cultivos indígena y campesinos en general. Otro son las vías rápidas de comunicación depredando la naturaleza, como en Bolivia y Perú asolando la selva. En Europa vemos que la nueva vía f érrea que unirá Turín y Lyon ha provocado el surgimiento del movimiento “No al TAV” en el norte de Italia. Además están: La explotación de las arenas bituminosas en Estados Unidos, la exploración retumbante de petróleo submarino, la pesca de arrastre, las poluciones de las f ábricas, la perf oraciónde la capa de ozono, el uso actual de la energía atómica, el peligro de una guerra atómica, etc.

jueves, 14 de marzo de 2013

Militarizando la crisis climática - II

El negocio del miedo 
Las industrias que f lorecen con la realpolitik de la seguridad internacional también se están preparando para el cambio climático. En 2011, el texto publicitario de una conf erencia sobre la industria de def ensa sugería que el mercado de la energía y del medio ambiente valía por lo menos ocho veces más que el propio negocio de la def ensa, estimado en un billón de dólares al año. 
El mismo texto también apuntaba que “el sector aeroespacial, de def ensa y seguridad, lejos de quedar excluido de esta oportunidad, se está movilizando para abordar lo que parece destinado a convertirse en su mercado adyacente más signif icativo desde la f uerte emergencia del negocio de la seguridad civil/interior hace casi una década”. Puede que algunas de estas inversiones acaben resultando de utilidad e importantes, pero el discurso de la seguridad climática también está ayudando a alimentar un auténtico boom de inversiones en sistemas de control de f ronteras de alta tecnología, tecnologías para el control de masas, sistemas de armas of ensivas de próxima generación (como los drones o aviones no tripulados) y las conocidas como ‘armas menos letales’. Debería ser inconcebible que Estados democráticos se estén equipando de esta f orma para un mundo cambiado por el clima, pero cada año se ponen a prueba y salen al mercado más aplicaciones. Teniendo en cuenta la consolidación de las f ronteras militarizadas en todo el mundo durante la última década, nadie querría ser un ref ugiado climático en 2012; no digamos ya en 2050. No son solo las industrias de la represión las que se están posicionando para benef iciarse de los temores sobre el f uturo. 
Las materias primas de las que depende la vida se están incorporando en nuevas narrativas sobre seguridad basadas en temores relativos a la escasez, la sobrepoblación y la desigualdad. Cada vez se concede mayor importancia a cuestiones como la ‘seguridad alimentaria’, la ‘seguridad energética’ y la ‘seguridad hídrica’, sin que se analice en prof undidad qué se está asegurando exactamente para quién, y a expensas de quién. Pero cuando la situación percibida de inseguridad alimentaria en Corea del Sur y Arabia Saudí está impulsando acaparamientos y explotación de tierras en Áf rica, y el aumento de los precios de los alimentos está provocando un malestar social generalizado, tendrían que saltar las alarmas. El discurso de la seguridad climática da por sentado estos resultados. Se articula en torno a la idea de ganadores y perdedores –los asegurados y los condenados– y se basa en una visión de la ‘seguridad’ tan distorsionada por la ‘guerra contra el terror’ que considera, f undamentalmente, que hay personas desechables en lugar de promover la solidaridad internacional que se necesita de f orma tan obvia para encarar el f uturo de una manera justa y colaborativa. La doble batalla contra el cambio climático Para hacer f rente a la creciente securización de nuestro f uturo, debemos seguir luchando para poner f in a nuestra adicción a los combustibles f ósiles lo antes posible, sumándonos a movimientos como los que se oponen a la explotación de las arenas bituminosas en Norteamérica y f ormando amplias alianzas ciudadanas que presionen a municipios, estados y Gobiernos para que transf ormen las bases de sus economías y minimicen su huella de carbono. No podemos detener el cambio climático –ya está ocurriendo– pero todavía podemos evitar sus peores consecuencias. Sin embargo, también debemos prepararnos para reivindicar la agenda sobre la adaptación al cambio climático, exigiendo que esta deje de basarse en la adquisición por desposesión y en las interesadas agendas de seguridad de los poderosos, y se centre en los derechos humanos universales y la dignidad de todas las personas. Sencillamente, no podemos permitirnos dejar nuestro f uturo en manos de securócratas y corporaciones cuando se deben tomar decisiones dif íciles. La reciente experiencia del huracán Sandy, en que el movimiento Occupy, con su respuesta a la crisis, dejó en evidencia al Gobierno f ederal, pone de manif iesto el poder de los movimientos populares para responder positivamente a catástrof es locales. A pesar de todo, las respuestas locales, de por sí, no bastan. Necesitamos estrategias internacionales más amplias que controlen el poder corporativo y militar y, al mismo tiempo, globalicen las herramientas para la resiliencia. Esto signif ica proponer soluciones progresistas sobre cuestiones como los alimentos, el agua y la energía, y sobre cómo hacer f rente a condiciones meteorológicas extremas que of rezcan alternativas viables a los enf oques basados en el mercado y obsesionados con la seguridad que f avorecen nuestros Gobiernos. Pero puede que lo más importante sea que debemos empezar a enmarcar estas ideas en visiones positivas para el f uturo, algo que ayudará a las personas a rechazar la distopía y a reivindicar un f uturo justo y habitable para todos y todas.

Reconocieron oficialmente el desmonte de más de un millón de hectáreas de bosque

de Ambiente de la Nación reveló en un informe la pérdida de más de un millón de hectáreas en los casi cuatro años de su estudio, comprendidos desde la sanción de la Ley 26.331 de Protección de Bosques Nativos a f inales de 2007, los respectivos Ordenamientos Territoriales de Bosques Nativos (OTBN) de cada provincia y el año 2011. Pese la legislación pertinente al cuidado y preservación de los Bosques Nativos en territorio argentino y a las múltiples denuncias realizadas por organizaciones campesinas, pueblos originarios, organizaciones no gubernamentales como así también ambientalistas, el inf orme “Monitoreo de la Superf icie de Bosque Nativo de la República Argentina” con f echa de Junio de 2012 , elaborado en la Unidad de Manejo del Sistema de Evaluación Forestal (UMSEF) de la Dirección de Bosques de la Nación, advierte el crecimiento paulatino de los desmontes ilegales en el territorio nacional, con preponderancia en el Parque Chaqueño y la Selva Tucumano Boliviana. De acuerdo a lo expuesto en el documento, las provincias donde más se avanzó con la def orestación son líderadas por Santiago del Estero con 453.551 hectáreas desmontadas, Salta con 236.246, Formosa con 129 mil y Chaco con 110 mil. En menor medida, pero importante con respecto al porcentaje desmontado, en San Luis se desmontaron 37 mil hectáreas, en Misiones 21 mil y en Tucumán 18 mil. Los desmontes en zonas de categoría I “Roja”, las cuales requieren máxima protección, ya que corresponden a lugares con mayor cantidad de f ormaciones vegetales nativas y con f unción ecosistémica en su entorno, son liderados por las provincias de Salta y Santiago del Estero. En el período de casi 4 años que contempla el inf orme, en Salta se desmontaron 8080 hectáreas y 6719 hectáreas en territorio santiagueño. Los siguen Formosa con 898 hectáreas, San Luis con 298 y Jujuy con 201. Las zonas de categoría II “amarilla”, aquellas susceptibles de un aprovechamiento sostenible y sustentable, son las que más han suf rido: con un total casi de 260 mil hectáreas desmontadas, Santiago del Estero f igura con 195.001 hectáreas arrasadas, Salta con 31.749 y Chaco con 21.749, entre los tres primeros y que concentran casi la totalidad de las hectáreas pérdidas. Este último dato avala un f laco cuidado hacia la f lora nativa si tenemos en cuenta que en contraposición las tierras aptas para desmonte de la categoría III “Verde” (siempre y cuando se presenten los permisos y acuerdos correspondientes), éstas presentan cerca de 75 mil hectáreas menos desmontadas. De las provincias más af ectadas por los desmontes en el período analizado, Salta y Santiago del Estero exponen las f allas y violaciones a las prohibiciones que estipulaban el cese de los desmontes luego de la sanción de la Ley de Bosques, hasta que cada provincia conf ormara su Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos (OTBN): *En Santiago del Estero se desmontaron 169 mil hectáreas del Parque Chaqueño entre 2007 y la conf ormación del OTBN en 2009. *En Salta se desmontaron 109 mil hectáreas de Parque Chaqueño y 5 mil de la Selva Tucumano Boliviana hasta la conf ormación del OTBN a f inales de 2008. Del inf orme, se deduce que la superf icie f orestal que más se ha visto atacada ha sido la santiagueña llegando al 2,3% de terreno desmontado, seguido por Salta con 1,3% de terreno def orestado ,Córdoba con el 1,15%, Fórmosa con el 1,04% y el caso particular de San Luis, que muestra un porcentaje de 1,5% de tierras desmontadas, pero con una superf icie de bosques mucho menor que el resto. Avanzando con el modelo de sojización, agroindustrial y agrotóxico El inf orme of icial es claro: “En las provincias analizadas los procesos de pérdida de superf icie de bosque nativo f ueron causados principalmente por el avance de la f rontera agropecuaria. Las imágenes satelitales ponen de manif iesto la existencia de nuevos cultivos, que en varias oportunidades corresponden a soja”. La f rontera agropecuaria avanza sobre los bosques, amparándose en el Plan Estratégico Agroalimentario (PEA) que es llevado adelante por el Gobierno Nacional y los gobiernos provinciales con sus respectivos Programas y aplicaciones , contrastando “soberanía alimentaria” por sobre un modelo desigual a base de agrotóxico, desperdicio de recursos hídricos y de suelo, inversión predominantemente extranjera y benef icioso sólo a las grandes empresas y latif undistas, tal como lo denunciara en abril del año pasado el Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). De los 32 millones de hectáreas cultivadas, el horizonte del PEA se vislumbra hacia los 41 millones y en la f ase de desmonte de los bosques nativos, los pueblos originarios y el campesinado son actores improvistos para las avanzadas del empresariado del agro. Un ejemplo notorio de ello es el Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MoCaSE-Vía Campesina), quien hace f rente a los empresarios del agro, que en sintonía con la justicia y las f uerzas parapoliciales intentan despojarlos de sus tierras, a costa de la vida de los comuneros del Movimiento, como f ue el caso de Cristian Ferreyra en 2011 o Miguel Galván en 2012. Justamente, el inf orme of icial demuestra el liderazgo santiagueño en materia de desmonte. Si bien los datos toman relevancia por ser el Gobierno Nacional quien acepta las f allas en cuanto al cumplimiento de la legislación, hay que tener en cuenta que en ningún lado del inf orme hace un enf oque autocrítico de la inf ormación que aporta, más aún, se sustenta en el tiempo próximo como una solución a los problemas actuales: “Aunque se observa que el proceso de pérdida de bosques nativos continúa debe considerarse que la Ley Nº 26.331 no prohíbe los desmontes, sino que los regula, principalmente a través de la generación de los OTBN de cada provincia. Por otra parte, es importante tener en cuenta que los OTBN y sus normas asociadas son de reciente implementación, y dada la complejidad y la f alta de antecedentes en el país de la implementación de este tipo de leyes de presupuestos mínimos que exigen una f uerte interacción entre organismos provinciales y nacionales, es esperable que los resultados de su aplicación no se vean de manera inmediata (…). Cuando las autoridades provinciales y nacional de aplicación de la ley cuenten con todas sus capacidades para poder encarar las distintas tareas que implican conducir un manejo f orestal sustentable así como una f uerte acción de control de las actividades f orestales en amplios territorios, los tiempos administrativos se adecuen a los requerimientos que este tipo de actividades amerita y que toda la comunidad haya tenido acceso a lo que la ley demanda y posibilidad de integrarse a ella, se comenzarán a ver los logros de la norma.” Mientras el Gobierno se excusa, hay que manif estar que en dif erentes puntos del país, en el 2012, se han prof undizado los problemas que el inf orme susodicho expone. De acuerdo a los estudios de la ONG Guyra Paraguay, al norte y oeste del territorio cordobés, entre marzo y noviembre se def orestaron 7.806 hectáreas de categoría I “roja”, las cuales deberían ser las mejor conservadas por los organismos provinciales competentes. La tasa anual de desmontes alcanzó las 23,3 hectáreas diarias del bosque nativo chaqueño, sin tener en cuenta los desmontes ilegales al sur de la provincia. Tanto desde la Fundación Conservación y Desarrollo (Conydes) como desde el Observatorio de Conf lictos Socioambientales de la UNRC denunciaron los desmontes ilegales que se llevan a cabo en dif erentes zonas del sur provincial. La docente de la UNRC y presidenta de CONYDES, Evangelina Natale, advirtió que “toda la provincia” está af ectada por esta problemática”. “Las zonas serranas están siendo desmontadas para proyectos de urbanización y el norte de Córdoba para agricultura”. Así bien, los bosques de Río Cuarto y el sur cordobés también se ven af ectadas por el avance de la f rontera agrícola-ganadera. De las 12 millones de hectáreas que a principios del siglo XX poseía Córdoba, sólo restan 600 mil, con el agravante de una tercera parte del territorio provincial desertif icado o en vías de por la sobreexplotación agroganadera. Del inf orme de Guyra Paraguay, se advierte que en 2012 153 mil hectáreas f ueron arrasadas del Parque Chaqueño, a comparación de las 44 mil hectáreas desmontadas en 2011. El territorio comprendido incluye las provincias de Chaco, Santiago del Estero (posicionándose como el sector con más desmontes, al igual que lo expuesto en el inf orme of icial), Córdoba, Formosa, Catamarca, Tucumán, La Rioja, Santa Fe y San Luis. El Parque Chaqueño o Gran Chaco, distribuye el 40% de su superf icie en suelo argentino, mientras que el resto se emplaza sobre Paraguay, Brasil y Bolivia. Así también, desde ésta avanzada, las topadoras también se han interpuesto ante los Derechos de los Pueblos Originarios, donde la resistencia de la etnia Qom y Wichi en Fórmosa y Chaco, son las más resonantes y violentas. En reclamo de sus tierras, históricamente vendidas a precio vil o directamente arrebatadas, las comunidades af rontan una lucha contra los gobiernos provinciales y los terratenientes, conllevando a cuestas el racismo imperante hacia los originarios por parte de los mismos, como así también la f alta de acción, decisiones e involucración con las problemáticas por parte de los organismos estatales que deberían hacer cumplir los convenios internacionales y leyes nacionales. De igual f orma, se podría tomar el caso de las comunidades de la Nación Diaguita, como la de Indio Colalao, quienes ante la avanzada sojera y la complicidad políticoempresarial, resisten los violentos desalojos de sus tierras ancestrales, como el último, allá por julio del último año. Sólo por mencionar algunos de los tantos conf lictos, que el modelo agroexportador sojero y agroindustrial lleva a cuestas. Actualmente, 23,6 millones de hectáreas argentinas se encuentran cultivadas con transgénicos: de la soja, el 50% de los cultivos se encuentra bajo dominio del 3% de productores. Encajando en la lógica “progresista”, la concentración empresarial benef icia a 12 de las 25 empresas con más rentabilidad a la hora de exportar, todas ellas vinculadas a la exportación de granos. Argentina, es el tercer exportador a nivel mundial de soja, después de Estados Unidos y Brasil. El mismo lugar en el podio ocupa como productor de transgénicos.

Militarizando la crisis climática - I

Los líderes políticos del mundo no podían decir que no habían sido advertidos. Poco antes de que comenzaran las negociaciones sobre el clima de la ONU a principios de diciembre de 2012 en Qatar, no eran solo el Banco Mundial, la Agencia Internacional de la Energía y la compañía internacional de contabilidad PWC los que preveían unos peligrosos niveles de cambio climático. Incluso la naturaleza parecía dar voces de alarma con unos huracanes f uera de temporada que devastaron Nueva York y algunas islas del Caribe y las Filipinas. Ante tal panorama, cualquiera hubiera esperado una respuesta decidida por parte de los Gobiernos del mundo. En lugar de ello, la cumbre de la ONU pasó prácticamente desapercibida para los medios internacionales y culminó con otra declaración vacía que, según Amigos de la Tierra, es “una f arsa” que “f alla en todos los sentidos”. Ante uno de los grandes desaf íos a los que se hayan enf rentado jamás nuestro planeta y sus pueblos, es evidente que nuestros líderes políticos han f racasado. Así, en marcado contraste con la gran acción coordinada para rescatar a los bancos y estimular el sistema f inanciero, en este caso los Gobiernos han optado por mantenerse al margen, dando carta blanca a los mercados y a los gigantes de los combustibles f ósiles en lugar de atreverse a planif icar una conversión de nuestras economías, basadas en las emisiones de carbono. No es que los Gobiernos hayan decidido quedarse de brazos cruzados, como suele decirse, sino que están asegurándose activamente de que el cambio climático sea una realidad. 
Y es que cada planta de carbón construida en China, cada pozo petrolíf ero perf orado en el Ártico y cada yacimiento de gas explotado por f racturación hidráulica en los Estados Unidos de petróleo f ijan carbono en la atmósf era durante al menos mil años y eso signif ica que, aunque en los próximos años se tomen medidas radicales para reducir las emisiones, nada será suf iciente para impedir que el calentamiento global se desboque. El presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, señaló que el inf orme elaborado por la institución que dirige prevé un aumento de las temperaturas de 4 grados Celsius antes del f in del siglo y que eso daría lugar a un mundo “muy inquietante.” Por primera vez, la cuestión de cómo pagar ‘las pérdidas y los daños’ que ya está provocando el cambio climático entre las personas más pobres y vulnerables del mundo alcanzó un protagonismo importante en Doha. Es una trágica paradoja que las discusiones sobre cómo detener el cambio climático y cómo prepararse para él (lo que en la jerga de la ONU se conoce como ‘mitigación y adaptación’) se hayan visto ahora eclipsadas por las demandas de reparación y por la creciente preocupación –entre la industria de los seguros, por ejemplo– de quién o qué va a pagar por los daños causados por el cambio climático. Estas narrativas son prof undamente alarmantes y desmovilizadoras. A la gente le resulta ahora mucho más f ácil imaginar un f uturo distópico para sus hijos que un mundo que ha aunado esf uerzos para evitar los peores ef ectos del cambio climático. Así, lejos de impulsar la acción en masa, el miedo y la inseguridad parecen estar llevando a la gente a desconectar del tema o a buscar consuelo en teorías conspirativas. ¿Seguridad para qué y para quién? Esta apatía está siendo explotada por aquellos que acogen con agrado o que buscan sacar provecho de la política de la inseguridad y de lo que el Pentágono ha bautizado como ‘la era de las consecuencias’. En todo el mundo –y muchas veces a puerta cerrada–, securócratas y estrategas militares se dedican a practicar ‘ejercicios de prospectiva’ que, a dif erencia de sus jef es políticos, dan por sentado el cambio climático y desarrollan opciones y estrategias para adaptarse a ‘los riesgos y las oportunidades’ que este presenta . Solo un mes antes de las negociaciones sobre el clima de Doha, la Academia de Ciencias de los Estados Unidos publicó un inf orme encargado por la CIA que buscaba “evaluar las pruebas científ icas sobre posibles conexiones entre el cambio climático y las consideraciones en materia de seguridad nacional”. El estudio llegaba a la conclusión de que sería “prudente que los analistas de seguridad esperaran sorpresas climáticas en la próxima década, como eventos aislados inesperados y potencialmente perjudiciales y conf luencias de eventos ocurridos de f orma simultánea o secuencial, y que estos sean cada vez más graves y más f recuentes, muy probablemente a un ritmo crecientemente acelerado”. La predisposición que siente la comunidad militar y de la inteligencia a tomar en serio el cambio climático ha sido muchas veces bienvenida por parte de la comunidad ambiental sin ningún tipo de análisis crítico. Los organismos especializados en seguridad, por su parte, af irman que se limitan a cumplir con su trabajo. 
Sin embargo, la pregunta que muy poca gente está planteando es la siguiente: ¿qué consecuencias tiene enmarcar el cambio climático como un problema de seguridad y no como un problema de justicia o de derechos humanos? En un mundo ya envilecido por conceptos como ‘daños colaterales’, los participantes de estos nuevos juegos de guerra climáticos no tienen por qué hablar con f ranqueza acerca de lo persiguen, pero el trasf ondo de su discurso es siempre el mismo: ¿cómo pueden los países industrializados del Norte –en una época de creciente escasez potencial y, se presupone, de crecientes disturbios– protegerse a sí mismos de ‘la amenaza’ de los ref ugiados climáticos, las guerras por los recursos y los Estados f allidos y, al mismo tiempo, mantener el control de los principales recursos estratégicos y cadenas de suministro. En palabras de la estrategia propuesta en materia de cambio climático y seguridad internacional de la UE, por ejemplo, “la mejor manera de considerar el cambio climático es como un multiplicador de amenazas ” que conlleva “riesgos políticos y de seguridad que af ectan directamente a los intereses europeos”.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Bolivia muestra al mundo siete mil años de práctica ancestral en producción de quinua

alimento que es considerado por el Organismo Internacional de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), como el 'f uturo' y una 'solución' alimentaria para el mundo. 'Estamos llevando nuestra experiencia acumulada desde hace 7 mil años en materia de producción de quinua, esto engloba varios temas para poder recuperar y poner a disposición de la sociedad este producto que garantizará lo que es la seguridad y soberanía alimentaria, porque la quinua es una alternativa f rente a la crisis alimentaria', indicó el viceministro de Desarrollo Rural, Víctor Hugo Vásquez. 
El lanzamiento del Año Internacional de la Quinua, se celebra en Nueva York sede de la Organización de las Naciones Unidas, institución que declaró el 2013 como Año del cereal, a solicitud del Gobierno boliviano y en reconocimiento a la alta calidad nutricional del producto y su potencial aporte para la seguridad alimentaria del mundo. En ese sentido, la Asamblea General de la ONU, presentará al presidente Evo Morales y la primera dama del Perú, Nadine Heredia, como los embajadores especiales de la FAO para la quinua, por ser los países que mayor producción del cereal tienen. La quinua posee los aminoácidos esenciales para una buena nutrición, lisina, el aminoácido esencial más escaso en alimentos de origen vegetal, además que posee cualidades deseables para el sistema dietético de los astronautas, contiene un porcentaje alto de minerales como potasio, f ósf oro, magnesio y calcio. Su valor calórico es mayor al del huevo, la leche y la carne. En ese marco, Bolivia es el primer productor y exportador de quinua (Chenopodium Quinoa willd) en el mundo, siendo Oruro, Potosí y La Paz los principales departamentos productores de quinua, con una participaciones del 42%, 39% y 19% respectivamente. 
La campaña 2012-2013 de producción de quinua prevé incrementarse en superf icie del 8% al 25% ya registrados en los últimos tres años, y la producción en 15%, la cual alcanzaría 58.040 toneladas del cereal en una superf icie de 104.365 hectáreas. Esto será posible gracias a que la planta de la quinua puede crecer desde los 0 hasta los 4.000 metros sobre el nivel del mar, pero Bolivia es el único país que cuenta con superf icies inter salares en los cuales la quinua crece con alta calidad y proporciones nutricionales. Además, el cultivo de la quinua se propaga en tierras áridas semiáridas, resiste bajas temperaturas, al cambio climático, enf ermedades, plagas agrícolas y a la sequía, ya que para sobrevivir la planta sólo necesita 200.000 mililitros de agua por año. En el caso de las exportaciones del cereal, de las 26.252 toneladas del producto comercializados en mercados internacionales, se exportó a Estados Unidos en un 52%, a Francia el 12%, a Países Bajos el 11% y el restante 25% a otros países europeos. 
Es destacable, señalar que las exportaciones del cereal, en términos de valor, se cuadruplicaron entre el año 2007 y septiembre de 2012, las cuales se incrementaron de 13,1 a 55,7 millones de dólares; y en términos de volumen llegaron casi a duplicarse. Respecto a los datos obtenidos sobre el consumo interno, el Ministerio de Desarrollo Rural señala que desde hace tres años este era de cuatro mil toneladas año, y ahora se registra un incremento considerable de 12.013 mil toneladas, la cual se pretende llegar a las 20 mil toneladas en esta gestión. 'Hace tres años el consumo era de 0,35 por ciento de quinua por persona, el año pasado se llegó al 1,11 y esta gestión pensamos lograr un consumo de dos kilogramos de quinua por persona', señaló Vásquez. Luego de conocidas las propiedades nutricionales de la quinua a nivel internacional el precio del producto también se incrementó considerablemente, ya que entre el 2002 y 2006 el producto se comercializaba al exterior en 600 bolivianos el quintal, pero hasta la gestión pasada el producto f ue adquirido entre 880 y 950 bolivianos el quintal. 'Es un precio récord que nunca ha llegado desde entre el 2002 y 2006, pero ahora vemos que el precio del producto ha subido considerablemente a 950 bolivianos en el mercado externo', destacó el vicepresidente de la Asociación Nacional de Productores de Quinua (ANAPQUI), Jaime Belén. cta/ma ABI

Reconocieron oficialmente el desmonte de más de un millón de hectáreas de bosque

de Ambiente de la Nación reveló en un inf orme la pérdida de más de un millón de hectáreas en los casi cuatro años de su estudio, comprendidos desde la sanción de la Ley 26.331 de Protección de Bosques Nativos a f inales de 2007, los respectivos Ordenamientos Territoriales de Bosques Nativos (OTBN) de cada provincia y el año 2011. Pese la legislación pertinente al cuidado y preservación de los Bosques Nativos en territorio argentino y a las múltiples denuncias realizadas por organizaciones campesinas, pueblos originarios, organizaciones no gubernamentales como así también ambientalistas, el inf orme “Monitoreo de la Superf icie de Bosque Nativo de la República Argentina” con f echa de Junio de 2012 , elaborado en la Unidad de Manejo del Sistema de Evaluación Forestal (UMSEF) de la Dirección de Bosques de la Nación, advierte el crecimiento paulatino de los desmontes ilegales en el territorio nacional, con preponderancia en el Parque Chaqueño y la Selva Tucumano Boliviana. De acuerdo a lo expuesto en el documento, las provincias donde más se avanzó con la def orestación son líderadas por Santiago del Estero con 453.551 hectáreas desmontadas, Salta con 236.246, Formosa con 129 mil y Chaco con 110 mil. En menor medida, pero importante con respecto al porcentaje desmontado, en San Luis se desmontaron 37 mil hectáreas, en Misiones 21 mil y en Tucumán 18 mil. Los desmontes en zonas de categoría I “Roja”, las cuales requieren máxima protección, ya que corresponden a lugares con mayor cantidad de f ormaciones vegetales nativas y con f unción ecosistémica en su entorno, son liderados por las provincias de Salta y Santiago del Estero. En el período de casi 4 años que contempla el inf orme, en Salta se desmontaron 8080 hectáreas y 6719 hectáreas en territorio santiagueño. Los siguen Formosa con 898 hectáreas, San Luis con 298 y Jujuy con 201. Las zonas de categoría II “amarilla”, aquellas susceptibles de un aprovechamiento sostenible y sustentable, son las que más han suf rido: con un total casi de 260 mil hectáreas desmontadas, Santiago del Estero f igura con 195.001 hectáreas arrasadas, Salta con 31.749 y Chaco con 21.749, entre los tres primeros y que concentran casi la totalidad de las hectáreas pérdidas. Este último dato avala un f laco cuidado hacia la f lora nativa si tenemos en cuenta que en contraposición las tierras aptas para desmonte de la categoría III “Verde” (siempre y cuando se presenten los permisos y acuerdos correspondientes), éstas presentan cerca de 75 mil hectáreas menos desmontadas. De las provincias más af ectadas por los desmontes en el período analizado, Salta y Santiago del Estero exponen las f allas y violaciones a las prohibiciones que estipulaban el cese de los desmontes luego de la sanción de la Ley de Bosques, hasta que cada provincia conf ormara su Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos (OTBN): *En Santiago del Estero se desmontaron 169 mil hectáreas del Parque Chaqueño entre 2007 y la conf ormación del OTBN en 2009. *En Salta se desmontaron 109 mil hectáreas de Parque Chaqueño y 5 mil de la Selva Tucumano Boliviana hasta la conf ormación del OTBN a f inales de 2008. Del inf orme, se deduce que la superf icie f orestal que más se ha visto atacada ha sido la santiagueña llegando al 2,3% de terreno desmontado, seguido por Salta con 1,3% de terreno def orestado ,Córdoba con el 1,15%, Fórmosa con el 1,04% y el caso particular de San Luis, que muestra un porcentaje de 1,5% de tierras desmontadas, pero con una superf icie de bosques mucho menor que el resto. Avanzando con el modelo de sojización, agroindustrial y agrotóxico El inf orme of icial es claro: “En las provincias analizadas los procesos de pérdida de superf icie de bosque nativo f ueron causados principalmente por el avance de la f rontera agropecuaria. Las imágenes satelitales ponen de manif iesto la existencia de nuevos cultivos, que en varias oportunidades corresponden a soja”. La f rontera agropecuaria avanza sobre los bosques, amparándose en el Plan Estratégico Agroalimentario (PEA) que es llevado adelante por el Gobierno Nacional y los gobiernos provinciales con sus respectivos Programas y aplicaciones , contrastando “soberanía alimentaria” por sobre un modelo desigual a base de agrotóxico, desperdicio de recursos hídricos y de suelo, inversión predominantemente extranjera y benef icioso sólo a las grandes empresas y latif undistas, tal como lo denunciara en abril del año pasado el Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). De los 32 millones de hectáreas cultivadas, el horizonte del PEA se vislumbra hacia los 41 millones y en la f ase de desmonte de los bosques nativos, los pueblos originarios y el campesinado son actores improvistos para las avanzadas del empresariado del agro. Un ejemplo notorio de ello es el Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MoCaSE-Vía Campesina), quien hace f rente a los empresarios del agro, que en sintonía con la justicia y las f uerzas parapoliciales intentan despojarlos de sus tierras, a costa de la vida de los comuneros del Movimiento, como f ue el caso de Cristian Ferreyra en 2011 o Miguel Galván en 2012. Justamente, el inf orme of icial demuestra el liderazgo santiagueño en materia de desmonte. Si bien los datos toman relevancia por ser el Gobierno Nacional quien acepta las f allas en cuanto al cumplimiento de la legislación, hay que tener en cuenta que en ningún lado del inf orme hace un enf oque autocrítico de la inf ormación que aporta, más aún, se sustenta en el tiempo próximo como una solución a los problemas actuales: “Aunque se observa que el proceso de pérdida de bosques nativos continúa debe considerarse que la Ley Nº 26.331 no prohíbe los desmontes, sino que los regula, principalmente a través de la generación de los OTBN de cada provincia. Por otra parte, es importante tener en cuenta que los OTBN y sus normas asociadas son de reciente implementación, y dada la complejidad y la f alta de antecedentes en el país de la implementación de este tipo de leyes de presupuestos mínimos que exigen una f uerte interacción entre organismos provinciales y nacionales, es esperable que los resultados de su aplicación no se vean de manera inmediata (…). Cuando las autoridades provinciales y nacional de aplicación de la ley cuenten con todas sus capacidades para poder encarar las distintas tareas que implican conducir un manejo f orestal sustentable así como una f uerte acción de control de las actividades f orestales en amplios territorios, los tiempos administrativos se adecuen a los requerimientos que este tipo de actividades amerita y que toda la comunidad haya tenido acceso a lo que la ley demanda y posibilidad de integrarse a ella, se comenzarán a ver los logros de la norma.” Mientras el Gobierno se excusa, hay que manif estar que en dif erentes puntos del país, en el 2012, se han prof undizado los problemas que el inf orme susodicho expone. De acuerdo a los estudios de la ONG Guyra Paraguay, al norte y oeste del territorio cordobés, entre marzo y noviembre se def orestaron 7.806 hectáreas de categoría I “roja”, las cuales deberían ser las mejor conservadas por los organismos provinciales competentes. La tasa anual de desmontes alcanzó las 23,3 hectáreas diarias del bosque nativo chaqueño, sin tener en cuenta los desmontes ilegales al sur de la provincia. Tanto desde la Fundación Conservación y Desarrollo (Conydes) como desde el Observatorio de Conf lictos Socioambientales de la UNRC denunciaron los desmontes ilegales que se llevan a cabo en dif erentes zonas del sur provincial. La docente de la UNRC y presidenta de CONYDES, Evangelina Natale, advirtió que “toda la provincia” está af ectada por esta problemática”. “Las zonas serranas están siendo desmontadas para proyectos de urbanización y el norte de Córdoba para agricultura”. Así bien, los bosques de Río Cuarto y el sur cordobés también se ven af ectadas por el avance de la f rontera agrícola-ganadera. De las 12 millones de hectáreas que a principios del siglo XX poseía Córdoba, sólo restan 600 mil, con el agravante de una tercera parte del territorio provincial desertif icado o en vías de por la sobreexplotación agroganadera. Del inf orme de Guyra Paraguay, se advierte que en 2012 153 mil hectáreas f ueron arrasadas del Parque Chaqueño, a comparación de las 44 mil hectáreas desmontadas en 2011. El territorio comprendido incluye las provincias de Chaco, Santiago del Estero (posicionándose como el sector con más desmontes, al igual que lo expuesto en el inf orme of icial), Córdoba, Formosa, Catamarca, Tucumán, La Rioja, Santa Fe y San Luis. El Parque Chaqueño o Gran Chaco, distribuye el 40% de su superf icie en suelo argentino, mientras que el resto se emplaza sobre Paraguay, Brasil y Bolivia. Así también, desde ésta avanzada, las topadoras también se han interpuesto ante los Derechos de los Pueblos Originarios, donde la resistencia de la etnia Qom y Wichi en Fórmosa y Chaco, son las más resonantes y violentas. En reclamo de sus tierras, históricamente vendidas a precio vil o directamente arrebatadas, las comunidades af rontan una lucha contra los gobiernos provinciales y los terratenientes, conllevando a cuestas el racismo imperante hacia los originarios por parte de los mismos, como así también la f alta de acción, decisiones e involucración con las problemáticas por parte de los organismos estatales que deberían hacer cumplir los convenios internacionales y leyes nacionales. De igual f orma, se podría tomar el caso de las comunidades de la Nación Diaguita, como la de Indio Colalao, quienes ante la avanzada sojera y la complicidad políticoempresarial, resisten los violentos desalojos de sus tierras ancestrales, como el último, allá por julio del último año. Sólo por mencionar algunos de los tantos conf lictos, que el modelo agroexportador sojero y agroindustrial lleva a cuestas. Actualmente, 23,6 millones de hectáreas argentinas se encuentran cultivadas con transgénicos: de la soja, el 50% de los cultivos se encuentra bajo dominio del 3% de productores. Encajando en la lógica “progresista”, la concentración empresarial benef icia a 12 de las 25 empresas con más rentabilidad a la hora de exportar, todas ellas vinculadas a la exportación de granos. Argentina, es el tercer exportador a nivel mundial de soja, después de Estados Unidos y Brasil. El mismo lugar en el podio ocupa como productor de transgénicos.