• Si tú o tus padres compráis un nuevo
electrodoméstico, por ejemplo un frigorífico o una
lavadora, cercioraos de que la etiqueta europea de
eficiencia energética que todo electrodoméstico debe
llevar sea «A»: esto garantiza que hace un uso muy
eficiente de la energía.
• Busca productos que lleven la etiqueta ecológica
europea, simbolizada por una florecita (véase el
extremo superior izquierdo del recuadro), en tiendas
y supermercados. Esto significa que los han fabricado
ajustándose a normas medioambientales estrictas.
• No pongas la calefacción muy alta. Bajar la
temperatura en solo 1 ºC puede reducir hasta en un
7 % la factura energética de una familia.
• Para ventilar, abre la ventana de par en par durante
unos minutos y luego vuélvela a cerrar, en vez de
dejar que el calor se escape durante mucho rato.
• El automóvil particular es responsable del 10 % de
las emisiones de CO2 de la UE. El transporte público,
la bicicleta y la marcha a pie son alternativas más
baratas y saludables.
• Si tus padres van a comprar un coche nuevo, pídeles
que sea un modelo pequeño y eficiente. De acuerdo
con la legislación europea, los fabricantes de
automóviles deben mostrar la información relativa a
la cantidad de CO2 que emiten sus automóviles.
• Las emisiones de CO2 producidas por los aviones
aumentan a un ritmo superior al de cualquier otra
fuente. Para distancias de unos pocos centenares
de kilómetros, utiliza alternativas como el tren o el
autocar.
• Planta un árbol en la escuela, en el jardín o en el
barrio. Cinco árboles absorben habitualmente
1 tonelada de CO2 a lo largo de su vida.
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