Como consecuencia del
incremento de los niveles de
concentración atmosférica de CO2
y otros gases de invernadero, se
espera que la temperatura media
superficial a nivel global aumente
entre 1.4 y 5.8° C de 1990 al
2100. Dicho incremento en la
temperatura no sólo es entre dos
y 10 veces superior al observado
en los últimos 100 años (0.6° C),
sino que, además, no tiene
precedente en los mil años
anteriores y se pronostica
que ocurrirá a un ritmo
significativamente más rápido
que los cambios observados en
los últimos 10 mil años.13
Se espera que las
modificaciones previstas en la
temperatura varíen de manera
regional, y que las latitudes
mayores se calienten mucho
más que el promedio global. Es
probable, también, que en el
futuro aumente la frecuencia
del fenómeno de El Niño,
ocasionando una mayor
incidencia de inundaciones
y sequías en gran cantidad
de lugares de los trópicos
y subtrópicos.
Por otra parte, la expansión
térmica de los océanos y el
decrecimiento de los glaciares
podría hacer que el nivel del mar
aumentara entre 8 y 88 cm en el periodo de 1990 al 2100, trayendo
consecuencias graves para países
como Bangladesh y las pequeñas
naciones insulares (figura 1).
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