Asimismo, el análisis
constató que el país resultaría
muy vulnerable a la modificación
climática considerando los
procesos de desertificación y
sequía meteorológica, en especial
al norte y en las zonas más
densamente pobladas.22 Los
recursos hidrológicos más
inermes serían los de la región
central del país, así como los
ubicados en la cuenca del
Lerma-Chapala-Santiago.23
El aumento del nivel del
mar afectaría, principalmente,
la región del Golfo de México,
que integra ocho de los 10
puertos pesqueros y tres de los
cinco puertos industriales más
importantes del país. El Estudio
identificó las zonas costeras
con mayor vulnerabilidad en
Tamaulipas (laguna deltaica del
Río Bravo), Veracruz (Laguna
de Alvarado, río Papaloapan),
Tabasco (complejo deltaico
Grijalva-Mezcapala-Usumacinta),
Yucatán (Los Petenes) y
Quintana Roo (bahía de Sian
Kaán y Chetumal).24
Las actividades productivas
que dependen del agua como
insumo se verían afectadas por el
cambio al modificarse también la
distribución y abundancia de ésta;
además, las plataformas petroleras
de la costa del Golfo podrían ser
vulnerables al aumento del nivel
del mar. El sector energético de
la región centro del país destaca
por su alta vulnerabilidad.25
Los asentamientos
humanos estarían muy expuestos
en los estados con rápido
crecimiento poblacional, gran
consumo de agua y en los que
se registran altos niveles de
incidencia de enfermedades
infecciosas, en particular en la
región del norte (Tamaulipas y
Chihuahua), en la zona del centro
(Jalisco y México) y en el Golfo
de México (Tabasco).26
En resumen, de acuerdo
con los análisis de vulnerabilidad
del Estudio de país, el cambio
climático tendría serias
consecuencias para México,
exponiéndolo a cuantiosas
pérdidas de toda índole.
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