De acuerdo a las proyecciones de la estructura
de la población andina y la tasa de crecimiento hasta
el año 2025, la población entre 15 y 30 años de
edad en estos países habrá alcanzado el mayor tamaño
(en términos absolutos) de toda su historia.
El mencionado segmento poblacional no volverá a
tener ese tamaño y por lo tanto reducirá su importancia
como parte de la población económicamente
activa. Cabe señalar que ese segmento de población
tiene el mayor potencial para contribuir en a producción
y la generación de riqueza y bienestar de
esta sociedad.
Por ello, estos países deben invertir ahora y en
los próximos años en la formación de esta población
brindándole todas las herramientas y posibilidades
para que desarrolle su potencial. Las características
de sostenibilidad de la población y su
economía en las próximas dos décadas dependerán
de la atención que se le brinde ahora.
Los esfuerzos que hagamos para asegurar la
educación, salud, seguridad y bienestar para la
población joven de los países andinos no deben ser
mermados por efectos del Cambio Climático o por
la incapacidad de adaptarnos al mismo. El desarrollo
y la sostenibilidad de los pueblos de la región
no debe quedar hipotecado o comportarse como
rehén de la falta de acción y previsión de todas las
consecuencias que ahora se comienzan a intuir o
efectivamente demostrar, porque no reconocemos a
tiempo, que cada uno de nosotros, desde sus propia
circunstancia, enfrenta un fenómeno climatológico
con mayor grado de responsabilidad.
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