domingo, 9 de septiembre de 2012

La Solución - II

Seguiremos luchando contra la construcción de represas hidroeléctricas y todas las formas de producción de energía que afectan a nuestras aguas, nuestros peces, nuestra biodiversidad y los ecosistemas que contribuyen a nuestra soberanía alimentaria. Trabajaremos para preservar nuestros territorios contra el veneno de las plantaciones de monocultivos, de las industrias extractivas y otros proyectos destructivos del medioambiente, y continuar nuestras formas de vida, preservando nuestras culturas e identidades. Trabajaremos para preservar nuestras plantas y las semillas tradicionales, y mantener el equilibrio entre nuestras necesidades y las necesidades de nuestra Madre Tierra y su capacidad de sostener la vida. Demostraremos al mundo que se puede y se debe hacer. 
En todos estos asuntos recopilaremos y organizaremos la solidaridad de todos los pueblos indígenas de todas partes del mundo, y todas las demás fuentes de solidaridad con los no indígenas de buena voluntad a unirse a nuestra lucha por la soberanía alimentaria y la seguridad alimentaria. 
Rechazamos la privatización y el control corporativo de los recursos, tales como nuestras semillas tradicionales y de los alimentos. Por último, exigimos a los estados que defendían nuestros derechos al control de nuestros sistemas de gestión tradicionales y ofrezcan un apoyo concreto, tales como las tecnologías apropiadas para que podamos desarrollar nuestra soberanía alimentaria. Rechazamos las promesas falsas del desarrollo sostenible y soluciones al cambio climático que solamente sirven al orden económico dominante. Rechazamos REDD, REDD+ y otras soluciones basadas en el mercado que tienen como enfoque nuestros bosques, para seguir violando nuestros derechos inherentes a la libre determinación y el derecho a nuestras tierras, territorios, aguas y recursos, y el derecho de la Tierra a crear y sostener la vida. No existe tal cosa como “minería sostenible”. No hay tal cosa como “petróleo ético”. Rechazamos la aplicación de derechos de propiedad intelectual sobre los recursos genéticos y el tradicional de los pueblos indígenas que resulta en la enajenación y mercantilización de lo Sagrado esencial para nuestras vidas y culturas. Rechazamos las formas industriales de la producción alimentaria que promueve el uso de agrotóxicos, semillas y organismos transgénicos. 
Por lo tanto, afirmamos nuestro derecho a poseer, controlar, proteger y heredar las semillas criollas, plantas medicinales y los conocimientos tradicionales provenientes de nuestras tierras y territorios para el beneficio de nuestras futuras generaciones. Nuestro Compromiso con el Futuro que Queremos Debido a la falta de implementación verdadera del desarrollo sostenible el mundo está en múltiples crisis ecológicas, económicas y climáticas. Incluyendo la pérdida de biodiversidad, desertificación, el derretimiento de los glaciares, escases de alimentos, agua y energía, una recesión económica mundial que se agudiza, la inestabilidad social y la crisis de valores. 
En ese sentido reconocemos que queda mucho que hacer para que los acuerdos internacionales respondan adecuadamente a los derechos y necesidades de los pueblos indígenas. Las contribuciones actuales y potenciales de nuestros pueblos deben ser reconocidas como un desarrollo sostenible y verdadero para nuestras comunidades que permita que cada uno de nosotros alcancemos el Buen Vivir.

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