20. Es importante mencionar que si las emisiones continuaran sin reducciones, es decir, como se expresa en la jerga técnica “Business-as-Usual” (BAU), considerando los datos del PNUMA, los países desarrollados o Anexo 1 (A1) para el año 2020 tendrían 35% de las emisiones de las 56 GTCO2e previsibles, en tanto que los países en desarrollo o No Anexo 1 (NA1) tendrían el 65% de las emisiones.
21. Los esfuerzos de reducción de emisiones de los países en desarrollo (NA1) se expresan no solamente en sus ofertas de reducción de emisiones, como podemos observar en el Cuadro 1, sino en el hecho que adicionalmente ofrecen créditos de carbono a los países desarrollados quienes supuestamente los comprarán. Aproximadamente 2 GTCO2e podrían provenir de offsets, es decir a través de acciones de reducción, captura o limitación de emisiones realizadas en países en desarrollo en el marco de créditos de carbono. En consecuencia, esa cantidad de offsets provendrá también de países en desarrollo con lo que el esfuerzo de los países NA1 se incrementa, añadiendo 2 GTCO2e al esfuerzo doméstico. Ciertamente está presente el grave riesgo de la doble contabilidad que encarnan los offsets tal como advierte con exhaustiva fundamentación técnica el informe del PNUMA, que sugiere que este mecanismo no sea utilizado en el marco de un sistema de reglas estrictas (strict rules) como se presenta en el Cuadro 1. A los fines de este análisis, siguiendo los datos del PNUMA, si consideramos las ofertas bajas de reducción de emisiones (low pledges) de los países NA1, y suponiendo que los offsets no facilitan incurrir en doble contabilidad, el potencial real de reducción de emisiones de los países NA1 sería de 5,6 GTCO2e. En consecuencia, los esfuerzos no están equitativamente distribuidos.
22. Los países desarrollados superarán la crisis en el mediano plazo y continuaran ritmos de crecimiento notables, es evidente que esto supone una continuidad creciente de emisiones de gases de efecto invernadero. Los pronósticos sugieren que incluso algunos países desarrollados incrementarán de manera importante sus emisiones, por ejemplo las Economías en Transición (EIT). De hecho es evidente que algunos países, incluso miembros de la UE, han incrementado sustancialmente sus emisiones, aunque de manera agregada, la UE ha reducido sus emisiones respecto de 1990. Es importante prestar especial atención al crecimiento de las economías desarrolladas en relación al crecimiento de sus emisiones. El producto interno bruto (PIB) de los países A1 en 2020 (46,2 trillones de dólares) será 28,6% superior al de 2009 (35,8 trillones de dólares) y el producto interno bruto per cápita de los países desarrollados en 2020 (36.3 dólares) será 24% superior al de 2009 (29,2 dólares), es decir se mantendrá un crecimiento económico con altibajos seguramente por la crisis económica pero es evidente que el ciclo de crisis será superado. La población de los países desarrollados en cambio crecerá para 2020 (1270 millones de personas) apenas en un 3% respecto de 2009 (1.229 millones de personas)14.
23. La tendencia de los países desarrollados por otra parte es la de desacoplar el crecimiento de su PIB respecto de la curva de sus emisiones. Para 1990 la intensidad de emisiones excluyendo LULUCF en los países desarrollados era de 0.77 GTCO2e por cada millón de dólares de PIB, en 2009 se había reducido a 0.52 GTCO2e por cada millón de dólares de PIB y la proyección para el 2020 es de 0.36 GTCO2e15. Este desacople entre las curvas del PIB y de las emisiones tiene sin duda relación con la implementación de tecnologías que permiten cambiar fuentes y consumo energéticos.
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