Los riesgos de los peores impactos del cambio climático pueden reducirse
sustancialmente si se consigue estabilizar los niveles de gases de efecto invernadero en
la atmósfera en el equivalente (CO2e) de entre 450 y 550ppm CO2. El nivel actual es de
430ppm CO2e, y está aumentando a más de 2ppm cada año. Una estabilización en
este rango requeriría que las emisiones estuvieran por lo menos un 25% por debajo de
los niveles actuales en el año 2050, y tal vez mucho más.
En última instancia, sea cuál sea el nivel de la estabilización, las emisiones anuales
deberán reducirse a más de un 80% por debajo de los niveles actuales.
Esto constituye un reto importante, pero una acción sostenida a largo plazo puede
lograrlo a unos costes que resulten bajos en comparación con los riesgos de la inacción.
Las estimaciones centrales de los costes anuales de lograr una estabilización de entre
500 y 550ppm CO2e se sitúan en un 1% del PIB global, en el supuesto de comenzar a
tomar medidas enérgicas ahora.
Los costes podrían ser aún más bajos si hubiera avances significativos en eficiencia, o
si se midieran los importantes cobeneficios, por ejemplo, de una menor contaminación del aire.
Los costes serán más elevados si la innovación de las tecnologías bajas en
carbono se retrasa más de lo previsto, o si los formuladores de políticas no logran
aprovechar al máximo aquellos instrumentos económicos que permitan una reducción
de emisiones, en el momento, lugar, y modo en que resulta más barato hacerlo.
Ya sería muy difícil y costoso intentar alcanzar una estabilización a 450ppm CO2e. Si
nos demoramos, puede que se pierda la oportunidad de lograr una estabilización a 500-
550ppm CO2e.
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