El cambio climático, el crecimiento de la población y de la demanda del recurso, entre
otros factores, exigen reducir la presión sobre los recursos hídricos, a través del uso y
asignación más eficientes de agua, entre otras medidas. Contar con regulaciones claras,
mecanismos financieros e incentivos económicos que promuevan su uso más racional
del agua son un elemento clave para una gestión eficiente, obteniendo entre otros beneficios
una mayor disponibilidad de agua durante los periodos de sequía.
En este tema el manejo de las cuencas y acuíferos transfronterizos resulta clave para
evitar que el recurso hídrico se torne más escaso y los conf lictos por el uso del agua
ubicada en esos territorios compartidos tiendan a agravarse. Es el caso, por ejemplo, del
Acuífero Guaraní, el más grande del mundo compartido entre Argentina, Brasil,
Paraguay y Uruguay.
Para su manejo, los países que lo comparten realizando esfuerzos
conjuntos para su conservación y uso sostenible.
En suma, para tener una buena gobernanza del agua, la girh debe basarse en la inclusión
y participación efectiva de todos los sectores de la sociedad, garantizando la representatividad
de cada uno de los diferentes actores, sean usuarios, sociedad civil, indígenas,
así como incluir una perspectiva de género. Deben de formularse planes y programas
conjuntamente con los usuarios, que coordinen armónicamente los usos y costumbres
así como normativas y leyes que incentiven el manejo del territorio y los recursos con
metas y objetivos locales que partan de la cuenca como unidad básica. En la construcción
de condiciones de gobernanza bajo cambio climático es clave conjuntar capacidades
de gobierno y sociedad, y considerar el adecuado y oportuno uso de la información
climática, así como la transparencia y la rendición de cuentas.
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