El fantasma de la hambruna reapareció tras conocerse el último
informe de la Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura (FAO), que advierte un fuerte incremento
en los precios de los alimentos, cercana la registrada durante la crisis
de 2008.
“Los precios de los cereales y el azúcar se dispararon en julio”, dijo la agencia internacional. “El Índice
para los precios de los alimentos subió un 6% en julio, tras tres meses de descensos”, agregó.
El informe detalló que el índice, que mide los cambios mensuales en los precios internacionales de
una cesta de productos básicos, se situó en un promedio de 213 puntos en julio, 12 puntos por
encima del nivel de junio.
Sin embargo, agregó que quedaba todavía “muy por debajo” del máximo de 238 puntos alcanzado en
febrero de 2011”, pero explicó que el fuerte repunte de julio “fue impulsado principalmente por un alza
en los precios de los cereales y del azúcar”.
En cuanto a los precios internacionales de la carne y productos lácteos “apenas sufrieron cambios”,
indicó el reporte.
¿Podrá el mundo someter al fantasma de la hambruna y revertir la crisis agravada a partir de la crisis
de 2008? Participe en el Foro de Noticias.
La crisis de 2008
En abril de 2008 la ONU advirtió que el aumento de precio de los alimentos causaría inestabilidad
política y social en todo el mundo, y precisó que ya para esa fecha se habían reportado motines
provocados por la falta de alimentos en todo el planeta y algo todavía peor: que había más de 1,000
millones de personas con hambre.
Agregó que el cambio climático, los desastres naturales, guerras, la crisis financiera y sequías eran
las principales causas de la escasez.
La mayoría de los afectados por el hambre dependen de la ayuda humanitaria para subsistir, pero la
ONU dijo que si no se atajaban las causas que estaban generando la escasez de alimentos, en 2030
la cifra crecería a niveles de tales que, el mundo afrontará una de sus peores crisis en toda la historia.
Se agrava la crisis
Un año y cinco meses más tarde, en septiembre de 2009, el organismo internacional señaló que el
fantasma del hambre merodeaba por todo el planeta y que el número de personas que pasan hambre
había superado todas las previsiones, de acuerdo a un reporte emitido por el Programa Mundial de
Alimentos (PMA).
El número de afectados entonces alcanzaba 1,020 millones.
Josette Sheeran, directora del PMA, alertó ese año que la corriente de ayuda humanitaria se
encontraba en un "un mínimo histórico" y que habría más personas con hambre que nunca. Agregó
que "muchas personas se despiertan y no cuentan ni con una taza de comida".
La funcionaria añadió que la situación era una "receta para el desastre" y que al mismo tiempo resulta
"crítica para la paz, seguridad y estabilidad en muchos lugares del orbe", e hizo un llamado urgente al
Grupo de los Ocho (integrado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Reino
Unido y Rusia) y el Grupo de los 20 (creado en 1999 e integrado por los ocho países más
industrializados y las 11 economías emergentes), para que enfrenten el problema y den soluciones a
corto plazo.
La directora del PMA también denunció "un grave déficit presupuestario".
En 2009 el PMA sólo había recibido $2,600 millones de un total de $6,700 millones necesarios para
dar de comer a refugiados en 74 países.
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